La mitad de las personas con Deterioro Cognitivo Leve (DCL), un trastorno de pérdida de memoria que afecta a alrededor de un 20 % de las personas mayores de 60 años, desarrollan alzheimer en un plazo de 5 años.
Los expertos que participan hoy y mañana en Barcelona en un curso de Psicogeriatría organizado por el Hospital Sagrado Corazón de Martorell (Barcelona) han evaluado este deterioro, que se diagnostica cuando la pérdida de memoria u otras capacidades cognitivas se desarrollan a una velocidad mayor de la que sería habitual.
Los gerontólogos han explicado que el diagnóstico del DCL "ofrece mayores posibilidades de tratamiento precoz de la enfermedad".
Según los especialistas, el DCL es un término que se ha ido desarrollando en los últimos años y que actualmente tiene una relevancia destacada en la comunidad científica debido a los beneficios que aporta el poderse adelantar a la aparición de los síntomas de demencias como el alzheimer.
Una de las técnicas más habituales para el diagnóstico de DCL es la exploración neuropsicológica, donde se evalúan diferentes capacidades cognitivas de la persona comparándolas con el rendimiento normal.
"En el momento en el que se observa que el rendimiento es deficitario podemos afirmar que la persona sufre un deterioro cognitivo de esa función concreta", ha explicado el doctor Juan Carlos Cejudo, neuropsicólogo del Hospital Sagrat Cor de Martorell.
El especialista ha asegurado que, a pesar de que en la mayoría de los casos la capacidad afectada es la memoria, también pueden deteriorarse otras funciones como el lenguaje.
"Esto daría lugar a diferentes tipos de DCL, siendo el de tipo amnésico el más prevalente y el más indicativo de la enfermedad de Alzheimer", ha apuntado.
La línea que separa el Deterioro Cognitivo Leve de la demencia se traspasa en el momento en que el deterioro es apreciable en la capacidad funcional en la vida diaria del individuo.
"Por ello, es muy importante que cuando una persona es diagnosticada con este síndrome sea controlada clínicamente durante un periodo de tiempo prolongado, para comprobar si el deterioro cognitivo avanza y se convierte en alzheimer, o si se mantiene estable", ha afirmado Cejudo.
En estos casos, "el tratamiento puede ser farmacológico o utilizar otras herramientas como, por ejemplo, la estimulación cognitiva", ha explicado el neuropsicólogo.
También se aconseja controlar de los factores de riesgo cardiovascular, realizar ejercicio físico y tener una vida social activa.
"A pesar de que estas medidas no son curativas, mejoran muchos aspectos de la enfermedad y ralentizan su desarrollo, con lo que aumenta la calidad de vida del paciente y del cuidador", ha subrayado Cejudo
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15/03/2014