A veces, desde la perspectiva del adulto no llegamos a entender lo que le puede estar afectando a un menor
La reciente visita de la conselleira de Traballo e Benestar, Beatriz Mato, a Lalín supuso un gran respaldo para la Unidade de Desenvolvemente Infantil e Apoio Familiar (Udiaf) situada en la localidad. Mato anunció un incremento de un 12,5% en el convenio de colaboración que su departamento mantiene desde 2009 con la Asociación Galega de Atención Temperá (AGAT) para seguir financiando, entre otras, la unidad con sede en el Polígono Lalín 2000. Maia García es la responsable de un centro que en la actualidad presta servicio a 133 menores de 7 años junto a un especialista en desarrollo infantil y atención temprana, una logopeda y una auxiliar administrativa. García se declara apasionada con su trabajo "porque si no sería imposible trabajar tan duro", aclara.
-¿Cuánta dosis de vocación es necesaria para realizar una tarea como la suya en la Udiaf?
-Hace mucha falta. La atención a niños y a familias a nivel emocional tiene un coste importante para nosotros. Trabajamos con niños con problemas y con familias que están en una situación muchas veces delicada.
-¿Qué papel juegan las Udiaf en la sociedad actual?
-Es un recurso profesional. Lo que da es una atención especializada a niños entre 0 y 6 años que tienen trastornos del desarrollo o están en situación de riesgo de padecerlos. Y, también, a sus familias. Nosotros damos una atención globalizada porque atendemos todas las áreas del desarrollo del niño, no sólo al área cognitiva o del lenguaje, si no también al área emocional y conductual. Trabajamos tanto con el niño como con la familia y, además, con el entorno. Si no fuera así no podríamos tener los resultados que se requieren y no podríamos conseguir la integración del niño en la sociedad.
-¿Cuáles son los problemas más habituales con los que se encuentran en la unidad?
-Nos encontramos con toda tipología de problemas. Desde trastornos del lenguaje hasta problemas cognitivos o a nivel motriz, pero sobre todo, también, cada vez más nos estamos encontrando con problemas emocionales y conductuales. Hablo de problemas de crianza o de adaptación del niño. Hay niños que son más frágiles que otros y el mundo del niño es muy distinto al del adulto. A veces, desde la perspectiva del adulto no llegamos a entender lo que puede estar afectando a un menor. Un niño con un problema emocional siempre lo expresa con un problema de conducta. - su forma de decirnos que nos está bien.
-Algunos padres se quejan de no tener tiempo para dedicarle a sus hijos por el rimo de vida que llevan. ¿Es una excusa?
-Es verdad que la falta de tiempo es importante y lo que conlleva en cuanto a estrés se refiere. Muchas veces las familias, con la mejor intención posible, intentan compensar esa falta de tiempo consintiendo, haciendo concesiones y eso lejos de ayudar a los niños, los confunde. Los niños necesitan unas normas y unos límites, que es como la guía que marca el camino por el que tienen que seguir. Las normas y los límites les hace sentirse seguros y tranquilos porque saben lo que pueden esperar a continuación. Cuando no existen normas y límites los niños se encuentran en una ambigüedad que no saben muy bien cuál es el coste de respuesta a su conducta y, a veces, se sienten incluso como poco atendidos. Un niño al que no se le pone consecuencia a su conducta puede entender que sus padres lo ignoran.
-Mafalda, el personaje de Quino, le dijo una vez a su madre: "El día que nací yo te licenciaste tú". ¿Sigue sin haber un manual para aprender a ser padres?
-No hay, no. Ni siquiera nosotros lo tenemos. Nosotros, en la Udiaf, estamos demostrando otra forma de intervenir en la etapa 0-6 en atención temprana. Defendemos ese enfoque integral de niño-familia-entorno y, sobre todo, la diferencia está en que las familias tienen un papel protagonista en nuestra unidad. Las demandas que nos realizan las familias tienen un espacio y un tiempo porque muchas veces han hecho una peregrinación por distintos servicios en los que los profesionales han atendido al niño pero ninguno a la familia. Muchas veces, lo que después nos devuelven las familias es el agradecimiento por sentirse realmente escuchados y eso hace, también, que se sientan más entendidos. Ser padre es muy complejo y nosotros lo que pretendemos es poder mejorar las competencias que ya tienen estas familias. Entregamos a todas las familias unas encuestas totalmente anónimas para que valoren el servicio porque les queremos dar realmente voz.
-¿Y cuál es el resultado de esas autoevaluaciones?
-Recibimos palabras de agradecimiento, de apoyo, de ánimo y eso, realmente, es lo que nos empuja no sólo a hacerlo igual de bien si no a mejorar cada día. Cuando antes te decía que me apasiona este trabajo y que, por supuesto, para llevarlo a cabo es necesaria una gran dosis de vocación, este tipo de respuesta por parte de las familias te reconforta porque ves la utilidad de lo que haces.
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31/01/2014