Edith Ceballos es la mamá de Luciana, una nena de 15 años que tiene un retraso madurativo. Son de Rosario de la Frontera y, de lunes a viernes, se levantan a las 4 de la mañana para tomar el colectivo de las 5, así Luciana puede tomar clases en la Escuela Especial Tobar García. Una vez que tocan el timbre de ingreso, Edith se sienta a esperar a que termine la jornada escolar con otras mamá quienes, como ella, dedican su vida a ver crecer y desarrollarse a sus hijos. Ayer era una de esas mañanas y Edith conversó con El Tribuno. No sabía muy bien sobre qué es la Semana de la Discapacidad, que se desarrolla hasta el 6 de octubre, pero sí sabe bien cómo es educar a un niño discapacitado. “No es fácil, cuesta. Pero uno sí va viendo los avances a medida que va pasando el tiempo, por eso los papás a veces hacemos tantos esfuerzos”, dice Edith.

Del 1 al 6 de octubre se conmemora la Semana de la Discapacidad, como la invitación a pensar en quienes son distintos desde la integración y sin la pretensión -todo lo contrario- de marcar cuáles son las cosas que están incapacitados de hacer. Según el último censo del Indec, en el 25 % de los hogares salteños hay al menos una persona con discapacidad, el 7% de la población de la provincia, y se estima que, solo en la capital, son unas 42 mil personas. Pero más que de números se trata de incluir, integrar y aprender.

A la Escuela Especial Tobar García asisten unos 280 niños discapacitados. Zulma Sosa de Guzmán es su directora y dialogar con ella es oír una de las voces de quienes trabajan para en pos esa inclusión. En Salta, muchas escuelas de educación especial, organizaciones y fundaciones, dan acompañamiento, contención y herramientas pedagógicas para su desarrollo.

“Lo que es importante resaltar es cómo la sociedad ha ido cambiando y adecuándose. Creo que realmente se ha dado un proceso inclusivo que comenzó en la escuela. Hoy en día la sociedad tiene otras expectativas para con la escuela especial. Antes los papás los mandaban a los chicos esperando que aprendan a hacer algunas cosas muy básicas de la vida diaria como cepillarse los dientes, por ejemplo. Hoy quieren que aprendan a leer y escribir, fundamentalmente”, dijo la directora.

En la escuela Tobar García hace 18 años se empezó a incluir a los primeros chicos con discapacidad en la escuela común. Sosa comentó que en ese verlos crecer en medio de otros chicos que no tienen ninguna discapacidad y de empezar a ver cuáles son sus propias posibilidades y cómo ellos pueden acceder a una currícula, han ido descubriendo otro sujeto. “No el sujeto que no puede, no la discapacidad hecha persona, sino la persona con una discapacidad. Y todas las cosas que sí puede hacer esa persona”.

Zulma no celebra la Semana de la Discapacidad en la Escuela. Dice que sí hay festejo cuando es el Día del Estudiante o el Día del Niño. “La Semana de la Discapacidad es para nosotros, para que como sociedad tomemos conciencia”, concluyó.

Avances radicales

Zulma dice que se han reducido notablemente las acciones discriminativas en los últimos 20 años. Hoy muchos chicos discapacitados son integrados en escuelas comunes, el docente comenzó a tener un papel protagónico en el sentido de comenzar a darles alfabetización a los chicos y la familia; también conoce mucho más cuáles son los derechos que tienen sus hijos y ha decidido pelear por ellos. Los padres, además, tienen mucho más respaldo desde las instituciones, enmarcado en leyes concretas.

Para ser maestros especiales

El Profesorado de Jardín de Infantes y Educación Especial 6006 también se sumó a las actividades previstas para recordar la Semana de Discapacidad. Por eso el martes se realizó una exposición de recursos didácticos interactivos. Así lo explicó la rectora Noemí Palma, quien comentó que dichos recursos son el fruto de la construcción creativa de practicantes y residentes de la carrera de Educación Especial, quienes realizan sus prácticas en las escuelas especiales con orientación en discapacidad intelectual. Fue una jornada de socialización de experiencias y de reflexión sobre el proceso formativo.

Objetivo: una ciudad más amigable

Hablar de una ciudad más amigable es mucho más que hablar de colocar rampas en las calles. Tiene que ver con muchas cuestiones que, desde lo arquitectónico, interfieren en el transitar diario de miles de personas.

Gabriel Olivera, titular de la Dirección General de Discapacidad de la Municipalidad de Salta, comentó que en 2007 se presentó un proyecto que busca la modificación del código de edificación. Ese código, efectivamente, se ha modificado y ya rige para las construcciones que se proyecten de ahora en más. Pero desde el organismo, además, se ha determinado modificar aquellos espacios que actualmente dificultan la movilidad de algunas personas en sillas de ruedas, por ejemplo. “En Salta existen muchas barreras arquitectónicas porque teníamos uno de los códigos mas viejos del país. La Provincia construyó durante más de 400 años, el trabajo es arduo”, remarcó Olivera.

26/11/2013