La lucha contra el alzheimer, una enfermedad que padecen 36 millones de personas en el mundo, se ha convertido en una carrera frenética. En lo que va de 2013, 10 nuevas vacunas han sido presentadas mientras se están desarrollando 620 nuevos productos. Un grupo de científicos españoles, dirigidos por el doctor Ramón Cacabelos, ha abierto un nueva vía: la genómica.
El estudio de los genes es la base de su vacuna, la EB-101, la más sofisticada de las 25 que existen actualmente. Presentada el pasado mes de enero y patentada en Estados Unidos, la EB-101 es capaz de prevenir la enfermedad y revertir sus manifestaciones cuando ya se ha desarrollado.
Los ensayos preclínicos realizados en ratones han demostrado la eficacia y la seguridad de la vacuna: evita las hemorragias intracraneales que paralizaron las investigaciones de otros equipos científicos a principios de siglo, así como los efectos secundarios de otros medicamentos contra el alzheimer.
Los investigadores del Centro Médico EuroEspes, ubicado en A Coruña, están ya preparados para comenzar los estudios clínicos en humanos, que podrían prolongarse entre seis y ocho años, a la espera de concretar alguna de las negociaciones que mantienen con multinacionales del sector. "Técnicamente está lista", ha asegurado a Efe el doctor Cacabelos.
Mientras la propuesta española permanece enfrascada en la burocracia, la carrera internacional contra el alzheimer mantiene su ritmo vertiginoso. En lo que va de año una nueva vacuna ha sido presentada cada mes.
Asimismo, existen 620 nuevos productos en desarrollo, 300 de ellos procedentes de sustancias naturales de origen vegetal -una nueva veta en exploración-.
Estados Unidos, Israel, Japón y sobre todo China, propietaria del 36 por ciento de los nuevos productos patentados, compiten en esta nueva carrera científica de vital importancia económica para los países desarrollados, dado el envejecimiento de su población.
Actualmente el Alzheimer es, junto a la demencia vascular, el tercer problema de salud en el mundo y la quinta causa de muerte en mayores de 65 años en Estados Unidos. De hecho, en la Unión Europea los costes por demencia suponen a los contribuyentes unos 160.000 millones de euros, con un coste medio por paciente de 22.000 euros anuales.
En España hay entre 500.000 y 1.300.000 casos, con una incidencia de 150.000 nuevos enfermos al año y un coste anual por paciente que oscila, según el estadio de la enfermedad, entre los 12.700 y los 22.000 euros. "Sólo por retrasar en un año la aparición de la enfermedad por paciente reduciremos la prevalencia nacional en un 33 por ciento", ha subrayado Cacabelos.
La prioridad no es prolongar la vida, sino mejorar las condiciones y la dignidad de las personas que sufren esta enfermedad a través de un plan preventivo adecuado: el alzheimer suele hacerse patente a partir de los 60 ó 65 años, aunque en realidad está minando el cerebro desde que deja de madurar a los 30 o 35.
Existen por tanto "de 30 o 40 años" para interceptar su curso, ha remarcado Cacabelos, presidente de la Asociación Mundial de Medicina Genómica. Él y su equipo trabajan para que en seis u ocho años la vacuna contra el alzheimer pueda ser ya una realidad.
El Faro de Vigo
21/08/2013