En una compleja intervención, que se prolongó por más de seis horas, el equipo médico del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Naval Almirante Nef de Viña del Mar realizó un implante coclear en el oído de una joven de 15 años.

El dispositivo cuesta $ 38 millones, pero se implantó de manera gratuita en Vicky Muñoz

La menor fue trasladada desde La Serena para someterse al tratamiento que le permitirá desarrollar su capacidad auditiva e insertarse de manera independiente a la sociedad, luego de habituarse e identificar los diferentes sonidos perceptibles por un oído normal.

La operación, realizada en forma gratuita para la paciente, a cargo del cirujano y capitán de Fragata Sergio Sanhueza, contempla la instalación de un dispositivo electrónico que se inserta quirúrgicamente en el oído interno del paciente.

"Lo que realiza este implante es la captación de sonidos del medio ambiente como cualquier grabador, luego convierte estos sonidos en impulsos y los envía a través de sensores hacia el cerebro, órgano que posteriormente capta esta información, la coordina y los transforma en sonidos entendibles", explicó el médico y miembro del equipo responsable de la operación, Sebastián Alarcón.

Tras la intervención se desarrolla una fase de programación del equipo, inserto en la caja craneana, con la parte externa al oído, obteniéndose así registros de comunicación entre el implante coclear y la corteza auditiva. "Esto va a permitir a esta chica llevar una vida mucho más normal, salir a la calle sola y conformar una memoria auditiva que hasta hoy no poseía, al ir internando la información sonora recabada desde el exterior", explicó Alarcón.

La rehabilitación de la menor incluye la activación del dispositivo tres semanas más tarde de la operación y un trabajo de adiestramiento y aprendizaje, el cual estará a cargo del equipo de fonoaudiología del hospital. Esto ayudará a que la paciente capte los sonidos, sea capaz de reconocerlos y almacenarlos en su memoria.

Sebastián Alarcón indicó que este tipo de implantes se realizan cuatro veces por año en Santiago y Viña del Mar, las dos únicas ciudades que cuentan con tecnología para hacerlos.

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3/12/2004