El silencio del grado segundo de primaria de la Escuela Pedro de Castro, en el barrio La América, se rompe al unísono cuando Omar Sánchez Salazar ingresa: ¡Abuelo… gritan todos en coro mientras sus rostros se iluminan y entonan con emoción el Canto a la tierra, que en género de samba él les compuso.
Este sicólogo sexagenario, jubilado de la Universidad Nacional, lleva cinco años contándoles cuentos todos los miércoles. Son historias que él mismo escribe, con las que incluso ha ganado ya en un concurso, que por lo general tienen a una mariposa o un valor como protagonistas.
"Combino el trabajo de la escuela con el del aula ambiental, donde cultivo mariposas y plantas. Aquí he traído plantas, sobre todo aromáticas, para que los niños aprendan a conocerlas, a degustarlas. Las mariposas, por ejemplo, las traigo en vivo para que conozcan todo el proceso y cuando eclosionan las liberamos", explica Omar.
Férreo defensor del medio ambiente, dirige el aula ambiental de la Plaza de La América, donde además dicta cursos de compostaje y lombricultura.
Recuerda entonces que esta labor voluntaria de los cuentos, que ejerce con gran pasión, la empezó en la Biblioteca de la Floresta donde lo animaron a vincularse al programa Abuelos cuenta cuentos, "una técnica que nació en Alemania, pasó a la Argentina y llegó a Medellín, justo a esta biblioteca, desde donde se irradió acogida por la Alcaldía. Ya somos 250".
Los resultados no se hicieron esperar y la acogida fue total. "El primer sorprendido fui yo. No imaginé que tuviera tanta acogida y que le cayera bien a tantos niños. Desconocía esta faceta mía: me creía un viejo gruñón, un solterón levantado prácticamente solo, que se dedicó a criar a sus hermanos. Nunca imaginé que recibiría tanto cariño de los niños", precisó.
Cada que los pequeños salen de los salones, bien sea del preescolar y hasta el quinto grado de primaria, le gritan "hola abuelo", "abuelito", le toman de la mano y le comparten chitos y papitas. "Sentir este calor humano me renueva. Es algo que jamás me había ocurrido en la vida. Esto ha sido un refuerzo de vida para mi".
Además de sicólogo y escritor, Omar Sánchez es pianista y compositor. Y a través de la música transmite innumerables conocimientos.
"El abuelo ha sido un personaje muy importante dentro de la institución, es como de la familia. Los niños lo quieren mucho y nosotros también. Somos felices porque su trabajo complementa mucho el nuestro, sobre todo en el proceso de lectoescritura", destaca la directora de la institución, Luz Adriana Álvarez Henao.
Su opinión la comparte Diana Patricia Gutiérrez, profesora de tercero elemental: "Lo quieren tanto que cuando se demora van a buscarlo".
Para Omar contar cuentos tiene su ciencia: "Lo primero es la espontaneidad. ¡Nada de acartonamientos… Que sea de forma natural, que no interfiera con las clases y tener un corazón honesto porque los niños lo perciben".
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11/10/2013