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Los estudiantes que ingresan a una carrera de nivel superior, universitaria o terciaria, tienen dificultades para comprender lo que leen. En particular para enfrentar los textos académicos que pasan a formar parte de su vida diaria. Las consecuencias no son menores: suelen derivar en abandono. Esta afirmación es sostenida desde la Dirección de Orientación Estudiantil de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), y analizada por distintos referentes de la enseñanza universitaria y de los profesorados.
La extensión de los materiales de estudio, los tiempos para organizarse y la complejidad que representan para muchos jóvenes que no alcanzan a entender lo que leen son puntos en común que señalan los diferentes expertos consultados: el profesor e investigador de la UNR, José Tranier; la rectora del Instituto Olga Cossettini, María Fernanda Foresi y la profesora de formación docente inicial, María Renée Candia.
También hay coincidencias —entre estos educadores— en que esto obliga a un replanteo sobre cómo se mueve el sistema educativo frente a esta problemática y hasta proponer —como señala Candia— "un proyecto institucional que involucre a todo el cuerpo docente en la tarea de alfabetizar académicamente a los estudiantes".
Vida universitaria. Y algo más: desde la Dirección de Orientación Estudiantil (UNR) consideran que estos problemas de comprensión lectora "forman parte de las dificultades en la adaptación a la vida universitaria; factor éste que influye en la deserción y el desgranamiento de la matrícula estudiantil".
Dos psicólogas de esta dirección que depende de la Secretaría de Relaciones Estudiantiles (UNR), Natania Bernstein, del área de reorientación vocacional, y Nelly Juncos, de orientación psicopedagógica aseguran "que las problemáticas con respecto a la lectura de los textos universitarios se dan sobre todo en los primeros años de la carrera. Y que "la dificultad más frecuente está en relación a la extensión del texto universitario". A esto se suma que no logran organizarse con los tiempos que requieren abordar estos textos, y que se siguen manejando a la hora de estudiar como si estuvieran en la secundaria. Un tiempo que resulta insuficiente.
Otra cuestión que indican es que "los estudiantes manifiestan que no entienden lo que leen, es decir avanzan en la lectura sin poder extraer las ideas principales del texto, distinguiéndolas de las ideas accesorias". Y para eso apelan como salida a "memorizar conceptos e ideas que no comprenden".
Tareas. Las psicólogas apuntan que una de las tareas que toman desde la Dirección de Orientación Estudiantil es "acompañar este pasaje de la escuela media a la educación superior". Para eso ofrecen a los estudiantes reorientación vocacional, orientación psicopedagógica, sistemas de tutores-pares estudiantiles en distintas carreras apuntando a acompañar a los alumnos ingresantes, talleres de metodologías de estudio, comprensión lectora y afrontamiento de situaciones de examen.
Problemas. Otras dos profesoras del nivel superior de la enseñanza analizan qué pasa con los problemas más comunes que manifiestan los alumnos respecto de la lectura de los textos académicos, qué ocasionan en sus trayectorias estudiantiles y qué se puede hacer.
La rectora del Instituto Superior Nº 28 Olga Cossettini, María Fernanda Foresi, asegura que "en general, los ingresantes evidencian ciertas dificultades con los textos académicos". Y que esa comprensión se les dificulta en dos sentidos: uno conceptual y otro las habilidades propias de los procesos de comprensión lectora, que muchas veces no se alcanzan al ingresar al nivel superior.
"Nos sorprende —comenta Foresi— que no conozcan algunos significados de palabras, pero tampoco se movilizan a buscarlos, son hábitos del buen lector que se han ido perdiendo". Pero además que "hay dificultades como la extensión de los textos, el vocabulario especifico, las analogías o metáforas con las que juegan los autores en sus producciones académicas que pueden resultar inabordables sino se tiene un buen acompañamiento de los docentes".
En su opinión, "la promoción de la comprensión lectora parece ser una deuda del sistema educativo actual". En ese sentido considera que hay que repensar las instancias de lectura y escritura en las clases y los modos de intervención de los docentes para acompañar a los alumnos en su proceso de alfabetización académica".
Menciona que "muchas veces los ingresantes manifiestan que la cantidad y complejidad de los textos los abruman" y hasta los hacen pensar en desistir de la carrera. "Esto —dice— también es un tema para abordar desde las nuevas subjetividades y su tolerancia a tropiezos o frustraciones".
A su vez, la profesora María Renée Candia asegura que hay diferentes dificultades respecto de los estudiantes y la lectura de textos académicos, pero entre ellas una que se destaca es la "ligada a la variable organizativa" y otra estrechamente ligada a la lecto comprensión, cuya responsabilidad es compartida con el profesor".
De allí que dice que es clave que el docente acompañe en el proceso de formación de lectores independientes, que no lo hagan sólo porque se les pide estudiar. Porque cuando eso ocurre —leen sólo por pedido— "manifiestan dificultad para identificar las ideas principales y los conceptos claves por carecer de criterios para ello".
"Estas dificultades en comprender y sostener la lectura se agudizan si no se acompaña la actividad lectora del estudiante. Y esta —sostiene Candia— es nuestra responsabilidad, nuestra tarea también es enseñar los procesos y prácticas discursivas de nuestro campo del saber. Un lector independiente se forma siendo primero dependiente".
Para la profesora estos problemas se enfrentan con "un proyecto institucional que involucre a todo el cuerpo docente en la tarea de alfabetizar académicamente a los estudiantes".
http://www.lacapital.com.ar
19/08/2013