La educación es una herramienta clave para fomentar actitudes y conocimientos que ayuden a una sociedad más justa y equilibrada en su trato con el medio ambiente y entre las personas. Fomentar una cultura ambiental, desde una perspectiva integradora, creativa y responsable es el objetivo de la asociación Nueva Cultura Rural, en Extremadura.



Dentro de su misión, la organización considera de vital importancia el trabajo educativo, por lo que ha creado un Centro de Naturaleza Creativa, a unos 3 kilómetros de Acebo, Sierra de Gata, Cáceres. Noticias Positivas mantuvo una entrevista con la secretaria de la asociación, Beatriz Calvo Villoria, para conocer el proyecto:



Noticias Positivas: ¿Cuál es la historia del proyecto? ¿Cómo surge?



Beatriz Calvo Villoria: El proyecto nace en el cálido verano de 2012. Ante la presión que estaba ejerciendo la crisis decidimos responder con optimismo y realizar ese consejo de la sabiduría propia de la cultura rural en la que vivimos, que es poner los huevos (del sustento) en una variedad de cestas.



Nos dedicamos a la comunicación medioambiental desde hace años, yo soy la Jefa de Redacción de AgendaViva, de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente y nuestra vocación ha sido siempre comunicar desde el corazón de la naturaleza lo que ella significa para el Hombre. Llevamos años concienciando sobre las causas de esta crisis sistémica en la que vivimos y dando voz a una cultura rural que tiene mucho que decir sobre donde están las soluciones, como la frugalidad, la economía del sector primario, asociada a la tierra y el contento con lo sencillo.



Nuestra asociación estaba dormida después de un intento fallido de crear una escuela de pastores como guardianes de los bosques, y decidimos despertarla con un nuevo proyecto educativo, esta vez para los niños. Creemos de vital importancia el trabajo educativo, por lo que tiene de apuesta por el futuro y por ser conscientes de la gran responsabilidad que van a tener las nuevas generaciones, por eso, decidimos crear un programa educativo cuya aula fuera la naturaleza, y así nació el Centro de Naturaleza Creativa.



N+: ¿Cuál es su objetivo?



B.C.V.: Ayudar, poniendo nuestro pequeño grano de arena, a forjar la siguiente generación de guardianes que necesita nuestra amada tierra. Y para ello, nuestros niños tienen que aprender a conocer la naturaleza; y de conocerla a amarla, pues es difícil amar lo que no se conoce; y de amarla a protegerla, pues el amor une y cuando alguien se une con la naturaleza siente que la desaparición de un árbol se convierte en la desaparición de un pulmón propio para respirar; la contaminación de un río, se convierte en suciedad corriendo por las venas propias, la pérdida de fertilidad de la tierra es la pérdida que, ya muchos jóvenes, tienen en Europa, y entonces actúa.



N+: ¿Qué actividades ofrecéis?



B.C.V.: Tres programas educativos son la apuesta de este centro, que se ubica en una hermosa finca en el municipio de Acebo, donde la cultura rural aún marca las vidas de sus gentes y los paisanos hablan aún de cosechas, de vino de pitarra, de ovejas y gallinas. Un programa para concienciar de los problemas ambientales más acuciantes, desertificación, sequía y contaminación. Otro para despertar al naturalista que todos llevamos dentro y aprender a interpretar la naturaleza, a observarla y un tercero, para descubrir la naturaleza a través del arte y el arte a través de la naturaleza.



N+: A modo de ejemplo, ¿cómo sería una actividad para un grupo de niños?



B.C.V.: La jornada es a demanda, puede ser una mañana o la mañana y la tarde y estamos viendo la posibilidad de realizar campamentos. Con el último grupo de 60 niños que vino en mayo nos pusimos en marcha a las 9:30 hacia el albergue que está en medio de una naturaleza privilegiada, es una zona de avistamiento de aves excepcional. Subimos en fila india, recordando las costumbres indígenas de no dejar huella, metáfora que permite amplios desarrollos. Después de la breve caminata cada niño elaboró dentro del aula su propio cuaderno de campo, con papel reciclado, cuerdas y demás. A partir de ese momento dividimos a los niños en cuatro grupos, que fueron rotando para realizar todos, las cuatro actividades distintas que hemos diseñado, en esta ocasión, para concienciar sobre la importancia del bosque en el mantenimiento de la vida en nuestro planeta: una gymkhana en busca del oro líquido, que permite comprender el ciclo del agua, mientras el arroyo les mece los pies y les refresca las sensaciones dormidas de formar parte de la naturaleza.



Una ruta que explora los diferentes biotopos de la finca, con actividades variadas que les hacen sentir, expresar, participar, aprender. Un taller de construcción de comederos de pájaro que nos sirve para iniciarles en la ornitología y su vinculación con los bosques. Un taller de aprendizaje de un sistema de reforestación llamado nendo dango que nos permite explicarles la importancia del suelo fértil.



Luego de la comida, proyectamos un cuento precioso El hombre que plantaba árboles y se generó un pequeño debate. En otras ocasiones la jornada termina con una ruta hacia las piscinas naturales con reconocimiento de la flora para realizar un pequeño herbario. La verdad es que diseñamos el programa a la carta.



N+: ¿Recuerdas alguna anécdota bonita para compartir con los lectores de N+?



B.C.V.: La presencia con la que viven los niños el momento presente, su capacidad de asombro y alegría. Sus frases de época, su espontaneidad, que les hacen exclamar a muchos cuando llegan, pero ¡estas casas son muy bonitas! Sus porqués que nacen de una curiosidad aún innata. Sorprende a veces el conocimiento que algunos de ellos tienen de los árboles, como una preciosa niña que con siete años reconocía todos los árboles del recorrido, gracias a las tardes que pasaba con su abuela, u otra que con 6 añitos repetía como un lorito el ciclo del agua. Lo receptivos y emisores que son al amor, tantas cosas… que cada vez que vienen siembran con su infancia la naturaleza de alegría

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29/07/2013