Perder la capacidad para escuchar puede tener efectos secundarios graves en la salud mental de las personas, ya que al no oír bien a los demás es difícil la comunicación.



Perder la capacidad para escuchar puede tener efectos secundarios graves en la salud mental de las personas, ya que al no oír bien a los demás es más difícil comunicarse con ellos.



La licenciada Viviana Maller, psicóloga especialista en hipoacusia, explica en una entrevista para Neomundo.com.ar que la pérdida de la audición en sí misma no causa alteraciones psicológicas sino que conduce a problemas en la comunicación.



"Los problemas en la comunicación pueden llevar al aislamiento en pos de evitar situaciones sociales, y el aislamiento genera estados depresivos o, incluso, depresión clínica. También aumenta la ansiedad, en especial con síntomas de ansiedad social", detalla.



La experta pone como ejemplo una reunión donde la persona con hipoacusia no puede seguir la conversación o ve que la gente se ríe pero no comprende de qué, y aclara que este tipo de situaciones puede generar reacciones ansiosas.



DIFICULTADES CON EL ENTORNO. Maller citó a la revista The Hearing Journal, que afirma que la pérdida de la audición a veces agrava diversos trastornos psicológicos.



Ciertas situaciones pueden generar ataques de pánico reiterados y la hipoacusia puede conducir a la fobia social, es decir a evitar el contacto con otras personas por miedo a enfrentar situaciones difíciles. Las personas con esta patología pueden incluso desarrollar trastorno compulsivo obsesivo y/o de personalidad, trastorno por estrés post-traumático y diferentes tipos de ansiedad.



Maller comenta que actualmente está investigando si las personas con hipoacusia que desarrollan alteraciones psicológicas sufren problemas mentales previos, o si esta patología desencadena los desequilibrios.



″En algunos resultados preliminares podemos ver que ambas posibilidades existen: personas que padecieron un cuadro de depresión o algún trastorno de ansiedad previamente pueden sufrir recaídas a causa de los problemas que genera la hipoacusia; y también hay personas que hacen síntomas de depresión o ansiedad a raíz de los inconvenientes que presenta la hipoacusia en su vida".



La experta aclara que no se puede decir que la hipoacusia es el único factor desencadenante de un cuadro de depresión, pero puede pasar que la hipoacusia genere ciertas condiciones psicológicas en el marco de un determinado medio familiar y social, y dependiendo de la estructura de personalidad y recursos de cada individuo.



BUSCANDO AYUDA. Maller explica que el trabajo que se realiza en el consultorio psicológico es principalmente preventivo y paliativo.



″Trabajamos en grupos con talleres en los que la gente con hipoacusia aprende a proveerse a sí misma de una mejor comunicación, usando los recursos de la vista, enseñando a los otros cómo comunicarse mejor con una persona con hipoacusia, entendiendo que tratar de descifrar todo el día las conversaciones es cansador, y adquiriendo técnicas para reconocer este cansancio o estrés y para reducirlo″, detalla.



Además, se brinda asesoramiento para el uso de los audífonos. Maller concluye que ″aprender a generar expectativas realistas es fundamental para no frustrarse tanto. En definitiva, hay mucho para hacer en pos de vivir plenamente con la hipoacusia y de eso se trata″.

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27/07/2013