En el seminario Estimulación Temprana al Recién Nacido se concluyó que esta práctica genera grandes beneficios a los infantes y uno de los más importantes es el desarrollo de las funciones cognitivas.

En el evento realizado por los estudiantes de cuarto semestre del programa de Enfermería de la universidad del Quindío, se dio a conocer que además mejora el área sensorial, emocional y social del recién nacido.



“Esto constituye las bases para que el bebé tenga un buen desempeño social en edades más avanzadas, es decir, entre los dos y tres años”, informaron los estudiantes organizadores del seminario.



En el evento se implementó un conjunto de estrategias teórico-prácticas. La parte teórica permitió profundizar el desarrollo del niño y cómo se debe estimular y la parte práctica se realizó centrándose en cada área de estimulación”, dijo Diego Fernando Castro, enfermero en formación.



El objetivo es dar a conocer a los estudiantes la forma como se deben transmitir estos conocimientos a las madres en el momento de sus prácticas y hacer énfasis en la importancia de la estimulación sensorial y los beneficios que brinda al desarrollo del menor.



Según explicó Castro, en el campo de las interacciones sociales el niño comienza a identificarse y a reconocerse utilizando el llanto como su único lenguaje, por lo que se debe aprender a identificar, cuando quiere alimento o tiene dolor.

“La parte sensomotriz tiene en cuenta todos los sentidos como la visión, el tacto, el olfato, así, para estimular el tacto se debe frotar con vigorosidad el cuerpo del bebé para ayudar a que el sistema nervioso termine de desarrollarse completamente y tenga un mejor desarrollo motriz. Se debe tener en cuenta que el niño reconoce a su familia por medio del olfato”, complementó.



Por su parte, Diana Chávez, docente de práctica en sala de partos, recalcó la importancia de la participación de los padres en el proceso.



“Es fundamental la participación de la familia, dado que el afecto brindado y la forma como se le habla a un niño, generan un sinnúmero de reacciones en él, por eso la estimulación debe hacerse cuando los adultos se encuentren relajados y dispuestos a darle lo mejor a su hijo y no se debe hacer cuando se está enojado, porque los niños son como esponjas que absorben todo lo que uno les brinda”, puntualizó Chávez.

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28/06/2013