«Esta es mi segunda familia», afirma Pilar Grana, una de las enfermas de Parkinson que acude cada semana a las clases de logopedia, que impulsa a la asociación «Parkinson Corvera» en su local de Los Campos. Como Grana, hay otros cuarenta y tres personas que presentan este trastorno neurológico en esta entidad y que reciben clases tanto de logopedia como de fisioterapia todas las semanas, según el grado de la enfermedad. «Venir aquí te levanta la moral», expresa Humildad Morillo. La entidad celebra desde ayer hasta el próximo sábado la semana mundial del Parkinson con diversas actividades que continúan hoy con una charla en el centro Tomás y Valiente a partir de las seis de la tarde.
La logopeda María José Nuñez explica que su función es enseñar a los enfermos a ampliar su capacidad respiratoria mediante diversos ejercicios y modular su rigidez muscular. «Estos enfermos no solo sufren temblores», explica la logopeda. El papel de Nuñez se centra también en intentar poner barreras a los problemas de articulación que presentan los enfermos. «Esta enfermedad es crónica, no para, y pese a que la medicación que toman es buena, es necesario que los enfermos realicen terapias como esta para tener una mejor calidad de vida», explica Nuñez, que también trabaja con estos enfermos la intensidad de la voz ya que lo habitual es que «los parkinsonianos hablen de manera monótona». Esta enfermedad afecta además a la función cognitiva. De ahí que desde la asociación se planteen actividades para ayudar a los enfermos a ejercitar la memoria ya que, en ocasiones, es común el olvido de ciertas palabras. «Lo que se llama la memoria nominal», apostilla la logopeda.
«Estamos estupendamente, más relajados que en casa», explica una de las personas con este trastorno, que durante las sesiones hincha globos con sus compañeros, usa clips para ganar movilidad en las manos e incluso hace cuentas y escribe, todo ello, para tener activa su memoria. «Lo malo que este local nos queda un poco pequeño», afirma Rosa da Silva, que está «encantada» de participar en estas actividades que la ayudan a sentirse mejor.
Juan Carlos Suárez es fisioterapeuta y trabaja con otro grupo de parkinsonianos en la sede de Los Campos. «El objetivo es que los enfermos realicen estiramientos para minimizar la rigidez muscular y todo ello, disfrazado con juegos», explica Suárez, mientras sus alumnos realizan ejercicios sobre una barra fija.
La labor del fisioterapeuta es que los enfermos de Parkinson, con ejercicio, huyan del sedentarismo y se sientan más ágiles, todo ello teniendo en cuenta su trastorno. «Cuando acabamos aquí, les digo que sigan haciendo ejercicios en casa», destaca Juan Carlos Suárez.
Pese a los trastornos neurológicos de estos enfermos, todos los participantes en esta asociación coinciden en destacar que los talleres que realizan en la asociación alivian sus problemas. «Llevamos esta tarea con ilusión y con la esperanza de mejorar la calidad de vida de los enfermos y de sus familias, porque el Parkinson también es un trastorno que afecta al entorno de cada uno de los afectados», destaca el presidente de la asociación, Miguel Ángel Díaz. Los recortes en el campo científico afectan notablemente a la investigación de este trastorno. «Los recortes son parkinsionianos, ralentizan todos los procesos, hacen que todas las ayudas vayan más lentas», apunta Díaz, que está «encantado» de colaborar con esta entidad pese a no tener Parkinson.
La asociación ha llegado recientemente a un acuerdo con el Ayuntamiento de Corvera para adecentar las zonas ajardinadas que rodean el local ubicado en la calle Horacio Fernández Inguanzo. «Es una propuesta de los usuarios que ejecutaremos en los próximos meses», añade el presidente de «Parkinson Corvera». Díaz es consciente de que con el paso del tiempo, los enfermos que acuden a la sede de la asociación «están como en casa o incluso mejor porque se evaden de sus problemas». «Somos como una familia que se ayuda constantemente», concluye.
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14/05/2013