Sobre pequeñas mesas en el Museo de Arte Moderno, ayer varios estudiantes de primaria y sus profesores, aprendieron a usar el arte como una terapia para asumir la dislexia que afecta a los niños durante su aprendizaje.
Pinturas, figuras y creatividad conforman el proyecto Arte para disléxicos que impulsa desde octubre del 2012, la artista Joyce Sánchez en Ecuador. Para Sánchez, este tipo de trabajos son considerados arte comunitario en el que se aplican ejercicios lúdicos y la neuropsicología.
En estos performances se trabaja sobre las dificultades que tienen algunos niños mientras comienzan a relacionarse con las letras, el trabajo también incluye a personas que no tienen dislexia y a los adultos que la padecen.
Hoy en el Museo de Arte Moderno habrá una nueva sesión de arte para disléxicos, a partir de las 10:00. Para el 5 de marzo está planificado una tercera sesión del taller, que será a partir de las 14:00 en la Casa de las Palomas, donde funciona el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, INPC.
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31/03/2013