Es uno de los expertos más reconocidos por su trabajo en el ámbito de la investigación audilógica y su apellido se relaciona inmediatamente con las clínicas que su abuelo y su padre abrieron en Madrid y Santa Cruz de Tenerife. Con 40 años de experiencia a sus espaldas y metido de lleno en sus investigaciones y en atender su consulta de la santacrucera calle Pérez de Rosas, el otorrinoloringólo José Juan Barajas de Prat y la fundación que preside no cesan en su empeño de apoyar a las personas que sufren sordera en las Islas. La última iniciativa se presentará mañana a las 7 de la tarde en el salón de actos de CajaCanarias con la proyección de la película "Me acompañas".



¿Por qué es necesaria una Fundación como la que usted preside y que se centra en la sordera?



Hay aspectos sociales donde los organismos públicos no llegan y hay que suplir estas lagunas. Nosotros tenemos varios objetivos prioritarios; uno es asistencial sobre todo en lo que a los diagnósticos precisos de la discapacidad se refiere. Otro es docente, porque tenemos becas para personas que vienen a formarse de muchos países en cuestiones auditivas y tenemos una importante labor de investigación de la sordera desde hace muchos años, sobre todo en lo que se refiere al sistema nervioso central. Además, tratamos de complementar algunos aspectos laborales para ayudar a las personas sordas a insertarse.



Siendo usted otorrino se podría pensar que es una fundación médica...



Tiene razón, pero en lo que queremos incidir es la cuestión: "¿Es la sordera una enfermedad?. Nuestra contestación es no; es una discapacidad, pero no necesariamente una enfermad. Hay enfermedades que desembocan en sordera, pero hay quienes la tienen como una discapacidad, llevando una vida normal pero sin poder desarrollar un lenguaje, salvo que lleven a cabo un tratamiento. Pero volviendo a la pregunta, la fundación tiene aspectos médicos y de tratamiento de la discapacidad que no necesariamente tienen que ser médicos.



¿Cuáles son las prioridades de la Fundación doctor Barajas?



Los niños y los mayores. Pensamos que en la medida en la que seamos intervencionistas precoces tenemos más posibilidades de que un niño desarrolle lenguaje y ese es el objetivo último de una rehabilitación. Otra cosa que ocurre es que vivimos más y eso genera problemas relacionados con la edad y perdemos sensibilidad auditiva y esto en un anciano lúcido conlleva problemas para relacionarse y requiere apoyo. En Canarias no hay los recursos necesarios para afrontar la rehabilitación protésica, así que tenemos un proyecto, aprobado por el Gobierno de Canarias para tratar de paliar esto y colocar prótesis que devuelvan la audición a estas personas.



¡Debe ser un cambio brutal!



Sin duda, sobre todo si se tiene en cuenta que en la mayor parte de los casos las pérdidas de audición son perfectamente corregibles con prótesis.



¿Le molesta que la sordera sea considerada como una discapacidad menor que la ceguera?



Es cierto que la gente, de forma equivocada, está más sensibilizada con la visión porque un sordo profundo es una persona absolutamente desconectado de la realidad. Piense que vivir es estar entre personas y esto requiere comunicarse entre sí y no lo puede hacer un sordo. Muchas personas ciegas han contribuido a la cultura, pero los sordos lo han podido hacer en menor medida porque tienen muchisimos problemas de todo tipo que les dificultan mucho más la comunicación. Es cierto que ha habido más atención al mundo de la visión que al de la sordera y eso es porque estamos muy orientados a la visión.



Pero popularmente se piensa que cualquier discapacidad es más llevadera que la ceguera...



Sí, tiene razón, pero la sordera es una discapacidad que afecta a un gran sector de la población y, más ahora que cada vez se vive más y que hay más métodos de diagnóstico desde muy pronto y que la interacción entre la gente que tiene la discapacidad y quien no la tiene no es siempre fácil. El mundo de los oyentes no entiende al discapacitado sordo y la película que mañana se va a proyectar en CajaCanarias va a poner de manifiesto esta relación y discutir los diferentes aspectos que hay, porque el discapacitado sordo es un hombre pletórico de lucidez, no puede comunicarse desde el punto de vista oral, pero es competente en todo lo demás.

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15/03/2013