Es muy interesante el artículo de Anna Sans ("¡Qué lentamente avanzamos!", Temas de debate, 18/XI/2012) en el que aborda los trastornos del aprendizaje. En efecto, a pesar de que en los últimos años vamos viendo avances, como la aprobación de los Protocolos de la Dislexia y los del TDAH por parte del Departament d'Ensenyament de la Generalitat, para los padres esta velocidad no es suficiente. Nuestros hijos van creciendo sin un cambio real de sensibilidad por parte de algunos profesionales de la enseñanza.
Cada curso nos enfrentamos a la gran incógnita de qué tutor le tocará a nuestro hijo este curso: ¿será de aquellos que comprende los trastornos del aprendizaje o de los que opina que la dislexia, la discalculia o el TDAH no existen y que mi hijo es un vago y un incompetente?
No hay ningún niño que quiera fracasar. No hay ningún niño que quiera suspender todas y cada una de las asignaturas. No hay ningún niño que se quiera sentir el último de la clase. Por el contrario, hay un montón de niños (como decía la doctora Sans, el 15% de la población escolar) que luchan por comprender, por conseguir leer, por ser como los demás. Hay un montón de padres y profesionales que intentamos ayudar y nos encontramos día tras día frente a la falta de sensibilidad de algunos maestros.
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9/01/2013