Tienen tantas ideas y creatividad como cualquier joven; sin embargo, para ellos es más difícil comunicarse porque no hablan ni escuchan. Son niños sordos, autores del libro de cuentos titulado: Sordos y oyentes igual inteligentes. Expresarse en palabras les resulta complicado, pero no imposible.
Karen Jiménez, autora de Yo siento cambio cuerpo, dijo: “sí, sí fue muy difícil, las ideas sí tenía muchísimas, pero escribirlas fue un trabajo muy arduo, sí porque yo quería sacar muchas cosas para el cuento, por eso estoy orgullosa de haberme ganado el primer lugar”.
Como todo libro, fue presentado ante un nutrido público y con la presencia del escritor Germán Dehesa, quien expresó: “nosotros recibimos el habla y la capacidad de comunicación como un don gratuito, a estos muchachos les ha costado carísimo adquirir esas herramientas, pero las están adquiriendo y les van a dar un uso magnífico”.
El mérito de estos jóvenes es mayor por la discapacidad que padecen.
María Elena Juárez, del Instituto Pedagógico para Problemas del Lenguaje, manifestó: “estos niños tienen tanto internamente que comunicar, tanto, pero su propia discapacidad no se los permite, entonces sí es un trabajo sumamente difícil, es un trabajo de muchísimo esfuerzo, de mucha entrega”.
Lamentablemente son víctimas de la discriminación. Guadalupe Morales, autora de Es un sordo contento, declaró: “algunas personas se burlan de nosotros y creo que deben enseñarles a respetar a las personas que somos sordas”.
Un grito en contra de esta discriminación que da el propio título del libro cuando aclara que Sordos y oyentes son igual inteligentes.
Fuente:OnceTV
7/07/2004