El profesor de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de La Laguna (Canarias), Juan Jiménez, ha señalado este domingo la importancia de una buena formación del profesorado para detectar y tratar la dislexia (transtorno consistente dificultades en la lectura) a edades tempranas.
Jiménez, en base a una experiencia piloto que ha desarrollado en Canarias es partidario de un modelo que denomina 'de respuesta a la intervención'. A preguntas de Europa Press, ha señalado que este modelo se caracteriza por prevenir posibles dislexias y no por esperar a que los niños fracasasen para tomar medidas
La dislexia es un transtorno de origen neurobiológico, es decir, no está causado por problemas ambientales, sino que está en el cerebro. Por eso, cuanto más joven sea el niño, mejor, a la hora de corregir "a tiempo" determinados hábitos que, de no ser así, terminarán consolidándose en el individuo.
Jiménez, que ha participado estos días en Oviedo en el XI Congreso Internacional 'Dificultades del Aprendizaje' organizado por los Departamentos de Psicología y de Ciencias de la Educación de la Universidad de Oviedo, ha explicado que la idea es intervenir en los niños entre 5 y 7 años de edad.
La investigación permite hoy en día hacer una "detección temprana" de la dislexia. El profesor debe recibir una formación adecuada para saber cómo intervenir en esos alumnos que manifiestan los primeros síntomas.
La dislexia afecta aproximadamente al 3 por ciento de los jóvenes. Una vez detectado por, el profesor de apoyo, en coordinación con el resto ha de trabajar con ellos. Según la experiencia de Jiménez en esas edades, aproximadamente entre el 70 y el 75 por ciento de los niños consiguen alcanzar el mismo nivel que sus compañeros.
El porcentaje restante de niños que siguen presentando dislexia hace que los profesores de apoyo pasen a otro nivel de intervención, trabajando de manera "completamente individualizada" con ellos y evaluando el proceso de aprendizaje de los mismos. La experiencia demuestra que da resultados. Jiménez ha señalado que las últimas técnicas reflejan que las áreas de cerebro que se ocupan de decodificar las letras se "activan" después de esas intervenciones.
En este sentido es necesario aplica un sistema tutorial para que los profesores sepan cómo intervenir, con este programa. La prevención es la clave del mismo. Y la "coordinación" del profesor de apoyo con el profesor tutor. En ningún caso, según Jiménez, debe separarse a los niños con dislexia del resto. Simplemente cuentan con un apoyo.
Preguntado sobre si actualmente el nivel de formación de los profesores que existe en España es el adecuado, Jiménez ha explicado que en el mes de octubre se presentará en un congreso en Cartagena un estudio relativo a las prácticas que se están realizando en cada una de las comudidades autónomas. "Tendremos la primera radiografía de lo que se está haciendo y de las carencias que puede haber", ha señalado.
Según Juan Jiménez, ese modelo de 'respuesta a la intervención' no sólo es mucho mejor para los alumnos, sino que también sirve para abaratar costes del sistema. Los recursos que se tendrán que destinar en el futuro para el individuo si los síntomas se consolidan son mucho más elevados, sostienen. "Los modelos preventivos siempre son mucho más rentables, y más en estos momentos de crisis", ha señalado.
La intervención con estos niños es de una media hora todos los días, por lo que es importante que la 'ratio' profesor-alumno no sea muy elevada.
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11/10/2012