El síndrome de Asperger es un trastorno de origen genético que representa uno de los varios tipos de autismo entre los niños con coeficiente de inteligencia normal, pero que son retraídos y empiezan a hablar después de los 10 o 12 meses.
Así lo expuso el médico del Hospital de psiquiatría "San Fernando" del IMSS, José Luis Vázquez Ramírez, al explicar que los bebés que no son cariñosos con sus padres, que no son capaces de crear vínculos afectivos con los hermanos o con la gente que los rodea pueden padecer este síndrome.
El galeno expuso que si un pequeño con este síndrome es detectado después de los tres años la alternativa que se tiene es la de someterlo a una terapia de intervención múltiple, es decir de lenguaje, aprendizaje, física y psicoterapeuta, lo cual resulta costoso y desgastante para el paciente y la familia.
Lo anterior se debe a que no hay muchos centros donde se aplique de manera conjunta el tratamiento, empero mencionó que en los casos que tienen éxito, la recuperación es de hasta 50 por ciento.
El especialista indicó que los infantes se ven afectados en su desarrollo psicomotriz, emocional, social y del lenguaje, lo cual suele confundirse con un retraso mental medio y que les impide integrarse a la sociedad.
Sin embargo, aseguró que si son detectados de manera oportuna, con estimulación temprana tienen la oportunidad de integrarse socialmente y alcanzar un mejor desarrollo con capacidad para comunicarse verbal y corporalmente.
No obstante, el doctor aclaró que el problema no llega a superarse por completo debido a sus implicaciones genéticas.
Por ello, insistió en la importancia de que los padres de familia observen el comportamiento de sus hijos, pues de ello depende en gran medida que tengan una vida con calidad y no quede estigmatizado o que sufran grandes limitaciones que puedan provocar que quede incapacitado.
Dijo que un niño con síndrome de Asperger se desarrolla de manera normal física e intelectualmente a lo largo de su vida, pero en los aspectos emocional, psicomotor y de lenguaje lo hace muy lentamente hasta que alrededor de los dos o tres años se detiene el proceso, lo que además le impide integrarse a la escuela.
Fuente:Notimex
4/06/2004