La dislexia es un trastorno de aprendizaje que afecta entre un 10% y un 15% de la población, de forma especial al rendimiento académico de los niños que la padecen. Para establecer un diagnóstico fiable es necesario esperar hasta la mitad del primer ciclo de Educación Primaria; sin embargo, durante la etapa preescolar es posible detectar determinados signos y síntomas que, aunque no son determinantes, pueden predecir una posible dislexia en el futuro.
Causas de la dislexia
La dislexia no está causada por algún tipo de problema intelectual; es un trastorno de origen neurobiológico que afecta al proceso de aprendizaje de la lectura, la escritura y la ortografía. Tal como se recoge en la guía para orientadores y profesores de Primaria, 'Actualización en dislexia del desarrollo', editada por la Consejería de Educación, Ciencia e Investigación de la Región de Murcia, cuando se establece el diagnóstico de dislexia, lo que se indica es que el niño no tiene la adecuada organización estructural o funcional a nivel del sistema nervioso que le permita desarrollar con éxito estas habilidades o destrezas.
Los estudios realizados sobre este trastorno evidencian que el componente genético tiene una influencia bastante alta en la aparición de la dislexia (77%), de modo que la historia familiar es el factor de riesgo principal al que deben atender los padres ante cualquier sospecha de que su hijo presente algún tipo de dificultad. Los datos de las investigaciones apuntan que un niño con padre o madre con dislexia tiene entre el 25% y el 50% de probabilidades de presentarla, y un 40% en el caso de que el disléxico sea un hermano.
Diagnosticar la dislexia
Identificar a un niño con dislexia no es una tarea sencilla. Las dificultades no se manifiestan siempre de la misma manera, y en cada niño evolucionan a lo largo del tiempo de distinta forma. Para diagnosticar una dislexia es preciso, en primer lugar, que un profesional realice una evaluación psicopedagógica. Si tras esta se sospecha que puede presentarse una posible dislexia, se deriva a una evaluación neuropsicológica realizada por un especialista.
Para establecer un diagnóstico profesional fiable es conveniente esperar hasta la mitad del primer ciclo de Educación Primaria (entre 7 y 8 años), que es cuando se considera que el niño ha recibido las suficientes oportunidades escolares para superar con éxito el aprendizaje de la lectura y la escritura, y los signos de dislexia se pueden apreciar con mayor claridad.
Síntomas de la dislexia en preescolares
Distintos síntomas prevalentes en los niños que presentan dislexia pueden permitir a las familias y docentes detectar de forma temprana, antes de finalizar el proceso de enseñanza escolar de la lectoescritura, la posibilidad de que el niño tenga este trastorno de aprendizaje. Eso sí, antes debe descartarse cualquier otro tipo de discapacidad psicológica o cognitiva que pueden constituir el origen de dichos síntomas.
Estos son algunos de los indicadores más frecuentes, recogidos por la guía 'Actualización en dislexia del desarrollo', la Federación Española de Dislexia (FEDIS) y la Asociación Dislexia y Familia (DISFAM), que se pueden observar durante la etapa de Educación Infantil y que pueden ser predictores, no determinantes, de que el niño llegue a desarrollar una dislexia:
• Prelectura: durante la etapa de prelectura, los niños con dislexia pueden tener dificultades para conocer las letras y asociar fonemas con grafemas, así como presentar un rendimiento por debajo de la media en tareas relacionadas con la conciencia fonológica.
• Visión y audición: los niños con riesgo de dislexia pueden presentar síntomas de tener algún problema de visión o audición; sin embargo, no se detecta ninguna anomalía en los exámenes médicos. Asimismo, pueden tener una gran agudeza visual y capacidad de observación o carecer de percepción profunda y visión periférica y distraerse fácilmente con los sonidos.
• Estado de salud: es propenso a desarrollar infecciones de oído, se muestra especialmente sensible a determinadas comidas, aditivos o productos químicos, o bien tiene un sueño muy profundo, o se despierta con mucha facilidad.
• Coordinación y psicomotricidad: los niños con dislexia pueden registrar una mayor inmadurez psicomotriz, de modo que a veces tienen dificultades de coordinación, de equilibrio y no desarrollan una correcta lateralización. En muchas ocasiones tienen dificultad para desarrollar habilidades motoras finas y gruesas, como montar en bicicleta, patinar o atarse los cordones.
• Lenguaje: el niño disléxico puede tener algún retraso en el lenguaje respecto a la media de sus compañeros y dificultades para expresarse; en ocasiones puede hablar con frases entrecortadas, pronunciar mal palabras largas y tartamudear si está estresado.
• Memoria: a pesar de que posee muy buena memoria a largo plazo -en especial para recordar experiencias, lugares y caras-, la memoria a corto plazo no la maneja tan bien y tiene dificultad para recordar lo que ha aprendido el día anterior y aquello que no ha experimentado de forma previa.
• Personalidad: el preescolar con riesgo de ser disléxico se muestra especialmente sensible a nivel emocional, es perfeccionista, tiene un sentido de la justicia acusado, gran curiosidad y creatividad y puede tener cambios bruscos en su humor.
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17/05/2012