Así tituló su nuevo libro el escritor chileno Roberto Fuentes (39), quien ya ha publicado ocho obras, entre novelas, colecciones de cuentos y algunos textos para el público infantil.
Sus trabajos más conocidos son “Algo más que esto”, "Puro Hueso" y "Todas íbamos a ser putas", todas novelas de ficción. No obstante, ahora aparece con un libro autobiográfico muy diferente a los anteriores. En él muestra cómo es vivir con una familia numerosa, la que incluye a un hijo que necesita un poco más de cuidados que lo “normal”.
En entrevista para Terra.cl, supimos un poco más de la historia de este ingeniero que sólo esperaba tener dos hijos, pero que por cosas del destino se convirtió en padre en cuatro ocasiones.
-¿Qué lo llevó a escribir este libro?
Siempre tuve las ganas y mi hijo Pablo ya tenía ocho años, estaba tan grande y realizado que creí que era el momento. Siempre he escrito libros de sucesos que me han pasado, pese a ser novelas de ficción. Éste es más testimonial, más directo, contiene un final un poco más esperanzador, muy distinto a mis anteriores textos, que son más pesimistas y tristes.
Más que nada traté de expresar mi experiencia como papá novato, donde descubrí que el Síndrome de Down (SD) no es nada terrible, es una condición que tiene mi hijo, pero que no es invalidante ni nada por el estilo. El libro es para ayudar en ese proceso que parece ser muy duro, pero que al final no se sale de la “normalidad”. Es mi manera de hacer terapia también, pues la literatura es la mejor manera de expresar lo que sentimos y para los escritores es más barato que un sicólogo, además de productivo (risas).
-¿Cómo le cambió su vida la llegada de su hijo Pablo?
La llegada de un hijo es una experiencia que impacta, Pablo era mi segundo hijo y yo creo que aceleré mi proceso de aprender a ser un buen padre. Creo que mi familia en general le ha hecho muy bien, en el sentido de la tolerancia y en apreciar lo que se tiene.
-¿Qué piensa su familia que haya escrito un libro sobre ella?
En general bien, el recibimiento fue bueno y creo que nos ha ayudado (lo han leído todos). Siempre cuando uno escribe es mucho de uno, pero de sin querer salen otras personas mencionadas que a veces se pueden molestar. Sin embargo, al tratarse de un libro más testimonial he sido mucho más precavido. Aunque mi señora obviamente fue más cuidadosa en algunos temas que traté en el libro.
Es que hay que tener cuidado en el tema de los hijos, no quiero que mis otras hijas se sientan desplazadas ni menos especiales. El libro no sólo habla de mi experiencia como padre de Pablo, sino de mi vida en general, incluyendo a toda mi familia. Si escribía sobre esto quería que fuera honesto, yo no quiero idealizar el tema, sino que mimetizar el SD.
Mi hijo es un niño como cualquier otro, no quiero que piensen que son seres súper especiales, ni tampoco que es una persona que esté enferma ni mucho menos, sólo es una persona que le cuesta un poco más aprender las cosas.
-¿Por qué de ingeniero se convirtió en escritor?
La razón es simple: ser hijo único, los inviernos lluviosos y tener cierta curiosidad. La literatura y la televisión fueron mi compañía, los cuales me ayudaron desde chico a desarrollar mi imaginación la que provocó que siempre estuviera inventando cosas.
-¿Cómo fue el cambio de pasar de una familia pequeña a una grande?
Fuerte, como éramos pocos era súper introvertido y ahora tener una familia enorme es cansador pero muy entretenido, no lo había vivido nunca, pero me llena.
-En su casa la mayoría son mujeres ¿no siente en minoría?
Por esto he llegado a crear un tipo de cofradía con Pablo, donde somos los hediondos y los que vemos futbol. Yo siempre le digo que cuando yo no estoy él es el hombre de la casa.
-¿Piensa hacer una segunda parte de este libro?
Nunca he planificado mucho lo que escrito, pero ahora tengo unos tres proyectos en agenda, eso sí con temas de ficción, los que también incluirán algo de experiencias personales. Pero de mi familia puede ser que en el futuro cuando nos topemos con nuevos desafíos.
-¿Algún mensaje especial para los lectores?
Más que nada los invito a leer una experiencia de familia, en tanto de hermandad y de paternidad.
Nunca he intentado mandar un mensaje con mis libros, pero “Síndrome de Down, historia de un súper hijo” quizás puede ayudar a mirar la vida de otra manera mucho más feliz y esperanzadora.
“Pao dio el primer pujido y casi nace la guagua. Lo hiso inmediatamente en la puja siguiente. Es niño dijo alguien. Vi el pene del bebé llorón y besé a Pao. Estaba muy feliz y excitado. Luego avisé que mi hijo estaba mirando demasiado. Noté también que nadie comentaba nada. Incluso en el nacimiento de Paulina hasta aplausos escuché. Ahora el silencio me hacía insoportable << ¿Pasa algo?>>, preguntó Pao. <>, dijo el pediatra, < >”. Página 15 y 16. “Síndrome de Down, historia de un súper hijo”.
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15/04/2012