Nicolás Montero es un joven de 16 años que, al igual que su hermano Andrés, de 23, nació con hipoacusia. Desde noviembre de 2010 la vida de Nico empezó a cambiar. Hasta no hace mucho tiempo el joven basquetbolista vivía en un universo silencioso pero, para su felicidad y la de su familia, los sonidos irrumpieron en su vida. Después de una exitosa operación de implante coclear (cirugía de alta tecnología) dejó atrás su sordera y ahora ya puede escuchar.
“Estamos felices, ahora Nico escucha todo muy bien. En Orán es el único caso de hipoacusia que recibió un implante y funcionó”, sostuvo con felicidad Walter Montero, padre de Nicolás.
Ese único caso que representa Nico en Orán, que pasó de una hipoacusia bilateral aguda a escuchar todo tipos de sonidos, tiene una historia singular, porque llegar a concretar el tratamiento no fue fácil. “Cuando teníamos todo listo para hacer el implante me echaron del trabajo y todo cambió, se hizo cuesta arriba y pasó mucho tiempo hasta que pudimos hacerlo”, comentó Walter Montero.
“Para él es todo nuevo. Como cualquier chico de su edad, es medio reacio a usar el aparato. Sabe que le hace bien pero a veces se resiste. Hay palabras o sonidos que todavía no entiende, inclusive hay algunos que lo molestan como el ruido fuerte de una moto”, señala el padre. Al hermano de Nico la tecnología no lo ayudó. “Con Andrés no dio resultado, y como ya se operó tres veces no quiere saber nada. De todos modos dependerá de él si más adelante quiere intentarlo”, sostuvo Walter Montero.
Desde muy chico Nicolás practica básquetbol y nunca tuvo problemas de integración a la hora de ser parte de un equipo. Su pasión por ese deporte lo llevó a tener destacadas actuaciones durante su corta carrera. Actualmente forma parte del primer equipo de Unión Orán, conjunto que milita en la tercera categoría del básquetbol nacional: Torneo Federal de Básquetbol (TFB). También es integrante de la selección argentina de sordos, combinado que es de categoría libre. En la provincia no hay una selección, ya que el número de jugadores sordos es insuficiente.
En 2010 Nicolás fue elegido como jugador revelación en el Torneo Copa Desafío disputado en Córdoba. Desde entonces “fui preseleccionado y luego, en julio de 2011, fuimos seleccionados con mi hermano para jugar los Juegos Panamericanos en San Pablo, Brasil, en junio de este año”, señaló Nicolás.
Como cualquier chico, Nico tiene sus sueños, uno de ellos es poder jugar la Liga Nacional -máxima categoría del básquetbol argentino-. Su puesto favorito es el de ayuda base, mide 1,87 metros de altura, y una de sus armas a la hora de dañar al rival es el lanzamiento desde la línea de tres puntos. “Soy ayuda base y me gusta tirar de afuera, en cuanto a sueños y anhelos me gustaría seguir jugando al básquet y poder llegar a la Liga Nacional. En lo personal, formar una familia”, manifestó el jugador.
Tras haber superado su dificultad, el oranense puede seguir jugando en la selección argentina de sordos, ya que cuando no tiene el aparato colocado no puede escuchar
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13/04/2012