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Inyecciones para los problemas de voz

Pese a que se ha hecho famoso como tratamiento antiarrugas, las inyecciones de toxina botulínica tipo A (comercializada como Botox) también resultan eficaces para tratar la disfonía espasmódica, un trastorno en los músculos que controlan las cuerdas vocales, que emiten sonidos roncos. El estudio en cuestión, que hoy publica 'Archives of Otolaryngology, Head and Neck Surgery', revela además que este efecto no disminuye a lo largo del tiempo si el paciente recibe un tratamiento periódico.

Lo cierto es que este no es el único uso terapéutico de la popular toxina, que también se ha venido utilizando para tratar la sudoración excesiva (hiperidrosis) y desórdenes musculares como el estrabismo y el cierre involuntario de los párpados.

De hecho, hasta el pasado mes de febrero no estaba autorizada en España como tratamiento cosmético, sino únicamente para ciertas alteraciones espásticas musculares severas, como las que sufren los niños con parálisis cerebral o las personas que han tenido un accidente cerebrovascular (ictus).

Este tipo de movimientos incontrolados es, también, el culpable de la disfonía espasmódica. Se produce una contracción exagerada de las cuerdas vocales o de las falsas cuerdas (la estructura que se encuentra justo encima de éstas), tal y como explica Miguel González, jefe del servicio de Otorrinolaringología del Hospital Carlos Haya de Málaga. Esto hace que la voz se quiebre y tenga un sonido tenso, forzado o entrecortado. Las dificultades de este trastorno (casi siempre causado por desórdenes del sistema nervioso) van desde problemas ocasionales para decir una palabra hasta la incapacidad completa de comunicarse.

¿En qué consiste la terapia?

Las opciones para tratar este problema son múltiples. La más habitual, de cuerdo con González, es "la rehabilitación de la voz, que el logopeda enseñe a estas personas a hablar de la manera más pausada posible". Pero en los últimos años, también en nuestro país ha comenzado a emplearse el Botox. La toxina adormece los músculos de las cuerdas vocales, al igual que hace con los del entrecejo o de las patas de gallo, cuando se utiliza como antiarrugas.

De todos modos, esta alternativa "se reserva para los casos que no responden bien a la rehabilitación. Es un tratamiento que no está introducido de manera reglada en la clínica", precisa el especialista del Carlos Haya. De hecho, por el momento la inyección no está autorizada específicamente para el problema otorrinolaringológico y existían dudas sobre si sus bondades se mantenían a lo largo del tiempo.

Los autores que ahora firman el trabajo de 'Archives' habían realizado hace un tiempo un pequeño estudio de año y medio con 27 pacientes en el que vieron que, aunque el tratamiento era eficaz, la mejoría disminuía con las sucesivas inyecciones.

Ahora estos expertos, procedentes de la Universidad de Michigan (EEUU), probaron el tratamiento durante más tiempo (tres años) en 36 personas aquejadas de disfonía espasmódica aductora (en este caso, sus espasmos hacen que las cuerdas vocales choquen una contra otra, de modo que los sonidos al hablar son forzados y requieren un gran esfuerzo).

"Los resultados actuales demuestran sin lugar a dudas que este tratamiento se mantiene efectivo a lo largo del tiempo", concluyen ahora.

Los efectos

Los voluntarios (en su mayoría mujeres y con una media de 51 años) recibían periódicamente inyecciones de Botox. Como media, estos participantes (que debían volver a tratarse cuando reaparecían sus síntomas) se sometieron a esta terapia cada seis meses y hasta siete veces. Treinta de ellos siguen recibiendo la toxina.

Sólo un paciente ha abandonado la terapia porque ésta no le funcionaba. Así, "tras cada tratamiento sucesivo se detectaron mejorías significativas" en la calidad de vida de estos afectados, dicen los autores.

Asimismo, "la eficacia de Botox también se ve reflejada en los rotundos cambios en la calidad de la voz después de cada tratamiento", exponen estos especialistas. Antes de la primera inyección 35 de los 36 participantes señalaron que su voz era mala o regular. Tras la primera sesión de Botox, 30 de ellos la calificaron de buena, muy buena o, incluso, excelente.

De todos modos, los autores recuerdan que no es un tratamiento curativo, y que para conseguir un efecto continuado hacen falta inyecciones repetidas.

Fuente: ElMundo


28/04/2004

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