En un fogoso intercambio de ideas entre padres y togados se convirtió ayer la visita de los jueces del Tribunal Supremo a las instalaciones de la Fundación Puertorriqueña de Síndrome de Down (FPSD) en Río Piedras.
La visita fue el resultado de una previa invitación hecha por la entidad a los jueces de ese cuerpo.
"Ellos habian visitado el Tribunal Supremo hacía algunos meses y ahora estamos respondiendo a la invitación que nos hicieran para venir a la fundación", explicó el juez presidente Federico Hernández Denton.
"Fue una visita muy interesante. Uno interpreta las leyes en el proceso pero experiencias como esta nos ayudan a entender cómo cambian a través de los tiempos las necesidades de la sociedad", agregó.
Durante su recorrido, los ocho jueces que componen el cuerpo judicial tuvieron la oportunidad de ver de cerca cómo opera esta entidad que ofrece servicios a los pacientes con esta condición.
"Aquí entrenamos a los muchachos para que sean autosuficientes, para que puedan salir a la calle a trabajar", explicó por su parte José Marxuach, miembro de la junta de directores de la FPSD quien alabó el interés que los jueces han mostrado con la entidad.
"Desde que visitamos con los muchachos el Tribunal Supremo ellos se han envuelto genuinamente con la fundación. No como han insinuado por ahí que ha sido propaganda política", dijo Marxuach.
Una de las preocupaciones más visibles que expresaron los padres durante la reunión fue la condición de los pacientes de Síndrome de Down en el actual Código Civil de Puerto Rico que los excluye de ciertos derechos básicos.
"La ley nos obilga (a los padres) a declarar a nuestros hijos legalmente incapacitados y esto atenta contra el esfuerzo que hacemos para que sean independientes", indicó Elena Aguallo, madre de uno de los pacientes de la fundación a la vez que aseguró que como incapacitados, estos pacientes perderían muchos de sus derechos civiles.
Rodríguez Denton concurrió con esta denuncia y se expresó interesado en conocer más sobre el trabajo de la FPSD y cómo estos niños y jovenes pueden ser integrados a la sociedad.
"Me hablaron sobre programas que tienen donde entrenan a los jovenes en labores que pueden realizar. Estoy viendo la posibilidad de que varios de estos muchachos puedan venir a trabajar en el Tribunal Supremo", aseguró el juez presidente en un aparte con El Nuevo Día.
Raúl, uno de los jovenes pacientes de la fundación, es ejemplo de estos casos de pacientes entrenados en destrezas que logran independizarlos efectivamente.
"Si me gusta mucho. Todos son (mis) amigos. Aprendo a cocinar, a (hace gesto de karate) y a 'bowling'", expresó entuciasmado el joven quien participa de varios programas de entrenamiento en deportes y otras destrezas.
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10/03/2012