El colegio público de infantil y primaria de Fontiñas tiene matriculados este curso 25 escolares con necesidades educativas especiales. Aunque desde hace años nota una tendencia al incremento de este colectivo, nunca había reunidos a tantos. Para atender esta demanda el centro dispone de una orientadora y el refuerzo de seis especialistas más: dos docentes de pedagogía terapéutica, otras dos de audición y lenguaje (una compartida con el colegio de Monte dos Postes), dos cuidadoras (una para infantil y otra para primaria) y un profesor de apoyo.

Este alumnado presenta situaciones muy diversas: desde deficiencias sensoriales como sordera, a trastornos del espectro autista, síndrome de Down, dislalia y otros problemas de lenguaje, hiperactividad, discapacidad motora o intelectual, o deficiencia mental. También hay algún caso de altas capacidades, que requiere igualmente atención específica, pero diferente.

La integración en las aulas es real: en la mayoría hay presencia de ese joven estudiantado. Una sala de 25 discentes puede congregar a más de uno que requiera atención especializada, individualmente o en grupo, a veces varias horas por semana. Aunque no fue precisa ninguna aula especializada para un único alumno en determinadas materias, como ocurre en otros colegios.

Cada profesional de pedagogía terapéutica de Fontiñas tiene asignados 9 casos; y las dos de audición y lenguaje, una 10 y otra 6. Parte del colectivo con necesidades educativas especiales requiere de la asistencia de ambas especialidades, lo que exige un esfuerzo de coordinación.

«Onde máis se insiste é no apoio que se lles ofrece nas disciplinas de matemática e nas linguas», explica la orientadora, María Paz.

Refuerzo a tutorías

Las especialistas refuerzan a los profesores tutores. «Tamén se nota nuns poucos escolares o problema do absentismo, a veces reiterado, que retarda os avances e fai que se vaian descolgado», agrega la orientadora.

Conchi Vidal, profesora de Audición e linguaxe, afirma que existen muchos recursos didácticos para este alumnado: «cada vez hai máis, e con Internet aínda se facilita máis a oferta de materiais. O problema é a falta de tempo para facer unha adaptación». Porque «cada escolar é diferente, non hai receitas que se podan xeneralizar. Hai que lles prestar unha atención individualizada e resulta satisfactorio ver como se notan os avances do noso traballo», sostiene Ana Gil, docente de Pedagogía terapéutica. Estas docentes ven el repetir curso como «un dereito, non un castigo» y consideran más apropiado hablar de «flexibilización do período de escolarización».

«Onde máis se insiste é no apoio que se lles ofrece en matemáticas e nas linguas»

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13/02/2012