Los centros hospitalarios andaluces realizarán pruebas de detección precoz de la sordera a todos los niños recién nacidos en la comunidad autónoma, con objeto de diagnosticar los casos de hipoacusia --deficiencias en la audición-- y establecer los tratamientos pertinentes antes de que cumplan los seis meses de edad, según informó hoy la Administración autonómica.
El objetivo de esta estrategia es determinar en el menor tiempo posible los casos de falta de audición, ya que un diagnóstico tardío -–después de los 12 meses-- puede derivar en una sordera que produce dificultades de comunicación, aprendizaje e integración social en el niño.
En la elaboración de esta nueva iniciativa de la Consejería de Salud de la Junta ha participado un equipo de profesionales sanitarios de hospitales y de atención primaria.
Según lo previsto, el programa se implantará durante este año en al menos un hospital de cada provincia andaluza, para extenderse progresivamente a todos los hospitales públicos de la comunidad que cuenten con servicios de Obstetricia, Otorrinolaringología o Pediatría.
PREVALENCIA
Se estima que de los 85.000 niños nacidos cada año en Andalucía, al menos 425 presentaría algún problema de audición, de los que 85 serían de tipo severa o profunda, según se desprende de los datos de incidencia de los que dispone la Organización Mundial de la Salud, que en un informe establece que uno de cada 1.000 recién nacidos presenta hipoacusia severa o profunda, una tasa que en los casos de hipoacusia moderada se sitúa en tres de cada 1.000 niños. El citado estudio sitúa además en cinco de cada 1.000 los recién nacidos con algún tipo de deficiencia auditiva.
Según la Junta, la Consejería de Salud ya viene desarrollando políticas de prevención encaminadas a evitar situaciones que puedan ocasionar trastornos sensoriales como la sordera. Entre estas medidas se encuentran la prevención en el consumo de alcohol u otras drogas, la detección precoz de otras alteraciones del crecimiento y del desarrollo, la prevención de accidentes infantiles o el calendario vacunal para el menor, donde se incluye la rubéola de forma específica.
A estas medidas viene a sumarse el programa de detección de hipoacusias en recién nacidos, integrado por varias fases en las que la coordinación entre los centros de atención primaria y los servicios de Otorrinolaringología, Tocología y Pediatría de los hospitales cobra una importancia fundamental.
FASES DE ACTUACION
En una primera fase, se contempla la realización a todos los recién nacidos de una prueba de audición, cuyos resultados quedarán recogidos tanto en el Documento de Salud Infantil como en la ficha del Programa de Metabolopatías. Si los resultados de esta primera prueba son negativos, se ofrecerá a los padres material informativo sobre los signos de sospecha de déficit auditivo para que observen a su hijo en el futuro.
En el caso de que estos resultados apunten a un posible déficit de audición, el niño será derivado a la segunda fase del programa, consistente en una nueva prueba que realizará el servicio de Otorrinolaringología del hospital antes de que cumpla los dos meses.
De la misma forma, la posible existencia de hipoacusia detectada durante esta fase conducirá a la tercera etapa del programa, en la que el servicio de Otorrinolaringología realizará una prueba más avanzada para registrar los denominados 'potenciales auditivos del tronco cerebral'.
REGISTRO DE HIPOACUSIAS
En el caso de que se confirme la falta de audición, esta información será consignada en un Registro de Hipoacusias creado a tal efecto, y que formará parte del Registro de Recién Nacidos de Andalucía.
La implicación de los padres constituye una de las bases de este programa, ya que su adecuada formación es muy importante, tanto para detectar los déficits auditivos que aparecen en los primeros meses de vida, como para participar en las actuaciones terapéuticas que puedan contribuir a mejorar el desarrollo de los menores.
Además de incidir en la detección precoz de la sordera, este programa avanzará progresivamente para ofrecer un abordaje integral de los casos de hipoacusia, prestando una especial atención a la prevención y rehabilitación.
COORDINACIÓN INTERNIVELES
La coordinación entre los distintos sectores implicados en esta atención es otro aspecto decisivo, tanto entre los niveles de atención primaria y especializada como entre los centros sanitarios, los servicios sociales y los centros educativos.
Un profesional del servicio de Otorrinolaringología de cada centro será el encargado de coordinar el desarrollo de este programa, en estrecha colaboración con un responsable del servicio de Pediatría correspondiente, que realizará también el seguimiento de los casos. Además, previo a la implantación de este programa, los hospitales pondrán en marcha un plan formativo y de adiestramiento del personal sanitario que va a participar en el mismo.
Fuente:EuropaPress
6/04/2004