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La verja de la casona ubicada en Carretera Central, esquina a Unión, invita a traspasarla. De pronto, aparecen diminutos tesoros que regalan el encanto de la niñez. Príncipes o reinas que, a su manera, demuestran el cariño para quienes saben amarlos y comprenderlos.
Y allí están. Cada grupo con su seño... en busca de ese tributo cotidiano que es el de aprender a dar y a recibir. Por eso, Mayra Cabrera Ramírez, la directora del círculo infantil Alegre Despertar, ve en su colectivo a una gran familia permeada de amor, con el precepto de que «el personal que toca a nuestras puertas se transforma y ennoblece».
Entonces, disfruta cuando aprecia que aquel niño tímido o renuente se hace querer y participa, pues «ellos demandan toda la paciencia del mundo. Son seres humanos que sienten, que llegan a desarrollarse normalmente. Nunca los vemos con lástima, constituyen parte de la infancia, y de nosotros depende su reinserción», sustenta Mayra, quien hace más de una década llegó a la institución como defectóloga, y en los últimos tres años ha encauzado los roles directivos de un proyecto que la cautiva.
ACERCAMIENTO AL SÍNDROME
Los hallazgos realizados por el doctor Longdon Down en 1886 propiciaron los antecedentes de esta alteración de origen genético en el momento de la concepción.
El genoma humano lo componen 46 cromosomas a través de 23 pares, pero en ocasiones aparece un cromosoma adicional en la paridad número 21, dicha anomalía origina el Síndrome de Down, que caracteriza al individuo por ciertos rasgos y reporta mayores afectaciones en los varones respecto a las hembras, sin que la ciencia haya podido determinar sus causas.
Aunque dicho error puede presentarse en la totalidad de los grupos étnicos y clases sociales, el índice de aparición es superior cuando la mujer queda embarazada después de los 35 años.
Según expertos, los métodos de pesquisaje intrauterino son muy útiles en el diagnóstico prenatal, que sugiere su práctica a toda gestante fuera de la edad ideal, al existir antecedentes familiares de malformaciones congénitas o del propio Síndrome de Down o ante exposiciones maternas a las radiaciones.
La incidencia mundial resulta muy variable. Desde 15 casos por cada 10 mil nacimientos en zonas de Sudamérica, hasta 4 por 10 mil en Japón, o de 9,8 por idéntica proporción en el universo cubano.
DE VUELTA A LA SEMILLA
Para todo pequeño vinculado al «Alegre Despertar» las actividades comienzan a las 8:00 de la mañana, con el izaje de la bandera, y otras con las que se les inculca el amor hacia los valores patrios.
Después, hacen gimnasia matutina, desarrollan el lenguaje, se familiarizan con el entorno, identifican las figuras geométricas, reciben la educación plástica o manual, la laboral, mientras cada grupo posee una parcela en el huerto, que reclama de cuidados. Acorde con la edad y las posibilidades, los profesores les imparten nociones elementales de Matemática, sin excluirlos de las bondades del Programa Audiovisual y los efectos propiciados por la magia de televisores y vídeos.
Sin embargo, el apoyo familiar constituye algo vital, y Mayra recuerda a aquellos padres que no aceptan de primer momento la realidad de su hijo ni lo beneficioso de incorporarlo al círculo. «En cierta ocasión nos llegó un menor muy agresivo bajo estas circunstancias, molestaba a los restantes, y la maestra fue trabajando con sus peculiaridades. Poco a poco lo motivó y le mostró a la madre lo que le faltaba al niño. Ahora pide ver la T.V. Ya es otro, en tanto la progenitora se ha dado cuenta de la utilidad, e incluso le cuesta trabajo llevárselo al llegar las 5:00 de la tarde», relata la directora.
Y cada uno de los 16 matriculados en la actualidad dispone de su caracterización familiar. Se visitan los hogares a fin de lograr la interrelación, conocer los hábitos y explicar la línea que se debe seguir. Con frecuencia mensual realizan el Consejo de Padres, además del intercambio cotidiano con ellos para precisar las formas de trabajar el lenguaje y cómo proceder la familia ante los ejercicios logopédicos.
Una obra formidable construida por defectólogos, especialistas en Logopedia y de Cultura Física, auxiliares pedagógicos, personal de servicios y custodios en un centro que no descuida la atención médica, con el apoyo del personal de enfermería y de los profesionales del cercano policlínico Santa Clara hasta tanto su doctora retorne de tierras venezolanas.
Fuente:Vanguardia.co.cu
2/04/2004