"Arte es vocación, talento y disciplina", expresó el escritor hondureño y columnista de diario EL HERALDO Julio Escoto, conferencista invitado en el seminario "Leer se te sube a la cabeza".
Durante su intervención en este evento organizado por Mujeres en las Artes Leticia de Oyuela (Mua), el escritor compartió anécdotas que vivió desde que decidió seguir el camino de las letras y lo que pasó por su mente para descubrir su "yo escritor".
En ese momento, Escoto se encontró en un camino de tres vías: ambientaba sus escritos con lo que producía su imaginación, usaba lo que le proporcionaban los lugares de otras latitudes o tomaba el escenario que le ofrecía la realidad de Honduras, su país.
Escoto decidió seguir la última vía y pensó que "la realidad inmediata es más fabularia que la imaginación".
Durante el evento el invitado especial dejó claro que no iba a ofrecer una conferencia magistral, sino una conversación para adentrar a los asistentes en una reunión de la que salieran insatisfechos con la realidad de la literatura en Honduras, y no con insatisfacción que produjera frustración, sino ideas, decisiones y propuestas.
Y fue en esa sana provocación que el escritor enfatizó el hecho de que la literatura "nunca debería someterse a la ambición".
Honduras es un país sin estímulos
Los escritores hondureños se enfrentan a un desamparo y, según Escoto, no tienen "ningún estímulo de tipo oficial", y aunque sabemos que nadie se hace rico escribiendo, el hecho de recibir apoyo ya es un aliciente.
Y como menciona el autor, "los Premios Nacionales de Ciencia, Arte y Literatura son miserables,y no sirven ni para publicar la edición de un libro".
Por otra parte, resaltó el hecho de que el arte, no solo hablando de literatura, no es aprovechado. Dijo que es necesario involucrar el talento nacional en actividades tan simples como comprar una escultura hondureña para adornar el vestíbulo de un banco, adquirir una pintura para colocarla en la oficina o hacer un concierto para la inauguración de una empresa.
Escritores y escritos
A Escoto le llama mucho la atención que en Honduras ha habido especial enfoque en el campo científico, filosófico y político; "hay muchos libros en esos campos, los escritores ya no solo se enfocan en la literatura abierta". Pero también mencionó su preocupación porque los jóvenes no están escribiendo, "hace falta estimular el cambio, el semillero, el relevo que son los jóvenes". Los talleres, conferencias, pláticas y debates son de ayuda para que los jóvenes puedan hacer una literatura propia y que empiecen a competir, "hay que darles aliento".
La literatura necesita que las autoridades hondureñas se involucren en el desarrollo de políticas que apoyen este ámbito del arte; no solo se trata de llenar las bibliotecas con best-seller, se trata de fomentar, apoyar e invertir en lo nuestro.
¿Qué ha pasado con la lectura?
En Honduras el hábito de la lectura no forma parte del día a día de la gente. en ese sentido el escritor apuntó el hecho de que "el hábito de la lectura se estimula poniendo a los niños con libros en la mano, libros para su edad, a su alcance, no libros que les vayan a crear más bien un trauma de la letra".
Esto en el sentido de que los maestros de secundaria, especialmente, dejan a sus alumnos la tarea de leer libros que los jovencitos no entienden, lecturas complicadas para su edad, esto lo que crea en ellos es aversión.
Y según el escritor, esto no solo se da en Honduras sino que en otros países subdesarrollados donde la lectura no forma parte de la vida cotidiana porque no hay estimulación temprana en los niños.
La lectura también es importante desde el punto de vista laboral: "alguien que se ha leído 20 libros escribe mejor el documento de la oficina que el que no ha leído ni un libro", expresó Escoto. Una persona que lee entiende y analiza mejor que quien no lee, "entonces la lectura sirve para competir laboralmente".
A criterio del autor, lo que se ocupa básicamente es poner el libro a niveles y ediciones populares, precios accesibles, no importa si es papel periódico, lo que importante es que la gente lo pueda comprar.
Por otra parte, el editor de la imprenta Carmina, Carlos Leiva, exaltó el hecho de que "el libro sigue siendo un arma para la transformación" y que a pesar de que la lectura no está tan arraigada en nuestro país, el libro es una fuente de desarrollo social y cultural.
Además, aconsejó multiplicar las salas de lectura y tener gente preparada que sea guía en las bibliotecas.
En nuestro país hay material, pero no hay producto, es por ello que Leiva compartió una serie de ideas para apoyar al talento de Honduras, como talleres, programas de becas a escritores, concursos juveniles de novela, de prosa y literatura infantil. "Todos debemos aportar para que la literatura se pueda desarrollar como corresponde".
De esta forma, y con la participación de otros conferencistas, se desarrolló el seminario "Leer se te sube a la cabeza", que tuvo como escenario uno de los salones de la Biblioteca Nacional Juan Ramón Molina
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1/01/2012