Viader es autora del libro ´Por qué me siento diferente´. Ayer condujo en la librería Hipérbole un taller para educadores y padres en el que mostró cómo abordar la educación emocional de niños con alteraciones en el desarrollo sensorial. Saturar al niño de ciertas actividades extraescolares o inhibir su movimiento es poco recomendable, según la experta.

Unas cincuenta personas asistieron ayer al taller conducido por Bárbara Viader sobre su libro ´Por qué me siento diferente´.



—¿Qué aborda en su libro?

—Trata sobre las dificultades de procesamiento sensorial en los niños, que a menudo hacen que se sientan diferentes. Hay niños a los que les parece muy agresivo que les toquen o no notan el dolor o son torpes con las manos. A veces, si son muy movidos, es porque sienten el movimiento con menor intensidad que nosotros y lo necesitan más. O al revés, les da pánico el movimiento. Algunos tienen dificultades de coordinación motora y se sienten diferentes porque notan los estímulos de forma diferente. Por eso ese título. Son personas normales, como nosotros. Hay personas que de pequeñas son hipersensibles a los ruidos o les da miedo el movimiento y eso hace que sean más torpes y no se relacionen tanto con los demás.



—¿No está asociado con una discapacidad?

—Inicialmente no. Lo que es cierto es que prácticamente todas las afectaciones neurológicas, del desarrollo y genéticas conllevan un trastorno del procesamiento sensorial. Los niños con autismo tienen, todos, una dificultad de procesamiento sensorial y lo mismo ocurre con otras patologías genéticas. Se sienten diferentes porque además de su diagnóstico, tienen dificultades sensoriales. Pero afecta a los dos grupos: a los niños con diagnóstico y a los que están en el colegio ordinario y no tienen afectación neurológica y genética.



—¿Qué trabajan en el taller de integración sensorial?

—La idea es descubrir por qué es tan importante en un niño el desarrollo de la información sensorial para estimularlo a nivel neurológico. No para crear genios, si no, al contrario, para crear niños sanos que sepan jugar y tener unas buenas habilidades motrices, de aprendizaje y concentración. Se trata de entender por qué los estímulos sensoriales son tan importantes para nutrir el cerebro.



—La sobreestimulación ¿es negativa?

—A veces se intenta crear pequeños genios con estímulos... y no se consigue. Se trata de ayudar al niño para que esté más tranquilo, tenga menos miedos, para que explore mejor el entorno.



—¿Se abusa de actividades extraescolares?

—A los niños con los que trabajo, que tienen dificultades de procesamiento sensorial, las actividades extraescolares normalmente les desorganizan. No son nada recomendables. Sobre todo en las edades más tempranas. Cuando el niño ya tiene 8, 9 ó 10 años está más preparado. Antes de esta edad lo que necesita el niño después de salir del colegio, sobre todo si es movido, es un entorno tranquilo. Que busque estímulos de forma más organizada, sin estar otra vez con las guías y las pautas de una clase dirigida. Si es un niño con miedo o hipersensibilidades lo bueno es que descanse, juegue y siga con su rutina al llegar a casa. Cada vez hay más actividades extraescolares que son muy positivas, diferentes del inglés, música, refuerzo, repaso o fútbol que son las más clásicas y que no ayudan tanto al desarrollo del niño.



—¿La ausencia de los padres en el hogar, por los horarios laborales, provoca un incremento de casos de niños con trastornos sensoriales?

—Es posible. Más que por la ausencia de los padres es por el tipo de actividad que hacen los niños. Cada vez más se les dice más lo de ´cuidado, que te vas a hacer daño´, incluso en el colegio. Hay mucha videoconsola, tanto si están como si no están los padres. Los padres inhiben mucho el movimiento de los niños, que es una necesidad para ellos. Por eso se producen trastornos como la hiperactividad y otros. Esta inhibición del movimiento, cuando es un estímulo muy necesario para el desarrollo del cerebro, es lo que puede conllevar un aumento de estas dificultades. Lo que está comprobado es que está muy agudizada la dificultad de procesamiento sensorial en los niños que provienen de adopción internacional porque han tenido una privación sensorial muy severa.

http://www.diariodeibiza.es/pitiuses-balears
8/12/2011