Actualmente, la mayoría de los niños con sordera acuden a centros ordinarios. ¿Están totalmente integrados en las clases?
Desde la Federación de Asociacións de Persoas Xordas de Galicia (FAPXG) no tenemos datos oficiales concretos, pero sabemos que la mayoría van a clase con normalidad, con el resto de los niños. Hay centros, como Nuestra Señora del Rosario de A Coruña, que lleva en ciertas materias los llevan a clases de adaptación o a alguno de los cuatro centros especiales que hay en Galicia.
¿Hay suficientes intérpretes en los colegios gallegos?
Sabemos que son 371 los alumnos sordos que actualmente estudian en centros ordinarios de infantil, primaria o secundaria y que de ellos, 126 tienen una sordera prelocutiva profunda. Que sepamos, hay 26 o 27 intérpretes contratados por la Xunta para los 269 centros en los que están matriculados estos alumnos. Claramente no llega a cubrir las necesidades y su contratación es responsabilidad directa de la Administración gallega.
¿Cómo es el día a día de un niño sordo en un centro de educación oral?
Es difícil saberlo, porque hay niños que oyen poco, otros que son capaces de hablar y otros que les cuesta la lengua escrita. Somos un colectivo muy heterogéneo. Pero todos sufren barreras. Siempre la educación ha sido oralista y se debe usar una metodología bilingüe.
De ahí vienen los problemas de muchos alumnos con la escritura.
Eso es. Como detalle, contaré que yo fui a uno de los mejores colegios para sordos de entonces y, allí, lo que pretendía era que desarrollásemos la audición. Nos hacían dictados con auriculares y altavoces pero cubriéndose la boca el profesor que leía el texto. Todos nos esforzábamos por entender lo que decía, porque si no te obligaban a repetir la palabra errónea cien veces. ¡Cómo te van a incentivar a aprender de esa forma!
¿Existe un alto porcentaje de fracaso escolar entre los alumnos sordos?
Si. El motivo principal es la dificultad tan grande que tienen para acceder a los contenidos orales o los escritos. Algunos reciben mucho apoyo en el colegio y de la familia y logran llegar a la universidad. Pero este porcentaje es solo el 1% del total de gallegos sordos.
La FP al ser más práctica, ¿tienen mejores resultado con los estudios universitarios?
Efectivamente. De hecho la mayoría hacen un módulo formativo. Hubo una iniciativa muy buena en un centro de Someso, en el que había tantos alumnos sordos que los profesores eligieron aprender lengua de signos. En la universidad, que sepamos desde aquí, solo hay cinco licenciados en Galicia.
Y, actualmente, ¿Cuál es el protocolo que se sigue en los centros cuando llega un alumno sordo?
Hay poca regulación en los centros ordinarios. Depende de la sensibilidad de los profesores que nos piden ayuda para adaptar los contenidos al alumno sordo o de los padres, que reclaman orientación. Normalmente, requieren intérpretes de Lengua de Signos en Secundaria y especialistas en LSE en infantil y primaria.
¿Qué diferencia hay?
Básicamente el especialista enseña a los niños la LSE y el intérprete solo hace de puente de comunicación entre una persona oyente y otra sorda. Muchas veces tenemos que explicarlo porque se corre el riesgo de pensar que un intérprete es un apoyo para el alumno y no es así. Solo es un traductor entre lo que signa uno y escucha otro, y viceversa. Una persona sorda que no conoce la LSE, no sirve de nada que tenga un intérprete.
Además, la figura del especialista en LSE pude ayudar al niño sordo a normalizar su situación.
Sí, es crear un referente alumno para ese alumno que seguramente vive con familiares oyentes y no hay más personas con sordera a su alrededor. Hay una anécdota sobre una investigadora catalana que hacía un estudio sobre la adquisición del lenguaje entre los 3 y los 11 años. Al hacer preguntas en catalán y en lengua de signos, uno de los niños le aseguró que él a los 18 años se iba a morir. Ella, horrorizada, le preguntó que por qué decía eso y él lo dejó claro: "Nunca he visto a un sordo adulto".
Es cierto que la sordera resulta una discapacidad poco visible.
Claro. Cuando una persona va en sillas de ruedas o le falta un miembro, la gente sabe a qué atenerse. Pero a mí, se puede acercar una señora al preguntarme algo por la calle y yo soy capaz de decir "no oigo". Entonces me hablará más alto, pero yo no oigo nada. Igual que me pasaría a mi si me acerco a alguien que signa, que no puedo saber si no le pregunto si oye o sabe leer. A mi me cuesta comprender la lengua escrita y puedo tomar decisiones como presidente de la federación. Y que no sepa hablar o escribir no tiene que ver con la inteligencia.
Como en el ámbito laboral o social, en la escuela también existe discriminación por tener sordera.
Desgraciadamente sí. Nosotros lo llamamos audismo. Es decir, menospreciar las capacidades de alguien simplemente por no ser oyente. Por eso también fomentamos que cualquier oyente que lo desee aprenda la LSE con los cursos que hacemos cada año.
Finalmente, ¿existe la lengua de signos gallego?
No. Es un error común, aunque a mí me gustaría que la hubiera. Lo que sí que existe son variedades dialectales en España, pero lenguas como tal solo se reconoce la lengua de signos española y la catalana. Por otro lado, hay muchos que preguntan porqué no hay una lengua de signos universal. Y la respuesta es muy fácil: ¿Por qué no hay una lengua oral igual para todos? La lengua, ya sea signada, oral o escrita está asociada una cultura, que varía según el país o la región.
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10/10/2011