Una revisión de estudios realizada en Estados Unidos reveló que todavía no existen pruebas sólidas que respalden la realización de la pesquisa del autismo en los niños pequeños.
Se estima que los trastornos del espectro autista, que abarcan desde el Síndrome de Asperger hasta el retraso mental grave, afectan a casi el 1 por ciento de los niños de Estados Unidos.
La Academia Estadounidense de Pediatría y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por su sigla en inglés) promueven el control de rutina de esos trastornos, pero una revisión de la literatura médica sugiere que esa recomendación es prematura.
"No contamos con pruebas que demuestren la efectividad de la pesquisa y si estamos ayudando o no", dijo el pediatra Jan Willem Gorter, de la McMaster University, en Hamilton, Canadá.
Hay muchas pruebas de pesquisa, en general con preguntas simples sobre el contacto visual y los gestos del bebé, pero ninguna es muy precisa, escribió el equipo de Gorter en la revista Pediatrics.
Por ejemplo, un nuevo test proporcionó falsos positivos en el 25 por ciento de los casos.
"La carga familiar potencial de un diagnostico equivocado (ya sea un falso negativo o un falso positivo) es enorme, y hay etiquetas que son difíciles de eliminar", indicó el equipo.
Existen también otros motivos para evitar la pesquisa. Por ejemplo, el autismo no tiene cura y las intervenciones para que los niños mejoren día a día tienen algunas desventajas y son muy costosas.
Esos programas tampoco serían muy accesibles y realizar una pesquisa sin proporcionar servicios según el resultado "no tendría sentido y hasta no sería demasiado ético".
"La realidad es que existen listas de espera de hasta un año o más", dijo Gorter. Por ahora, agregó, la mejor forma de ayudar a los niños con autismo es lograr que los padres comprendan cómo se comunican sus hijos y que necesitan tener contacto con otros niños
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15/07/2011