En México, aproximadamente un millón 500 mil personas menores de 18 años, es decir el 5 por ciento del total de ese grupo poblacional, padece el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), señalaron especialistas.
En un comunicado difundido por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se destaca que dicha cifra puede alcanzar, incluso, los 2.5 millones en el país, si se le suma el número de adultos con este padecimiento crónico.
La coordinadora del Programa de Salud Mental del Departamento de Psicología Médica, Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM, Silvia Ortiz León, consideró que frente a esta problemática es importante el diagnóstico clínico temprano, tratamiento farmacológico y el rechazo a las visiones equivocadas.
El TDAH, explicó la especialista, se clasifica actualmente en tres grupos, que son el de inatención, el hiperactivo-impulsivo y el mixto.
Para su diagnóstico se utilizan criterios de la Organización Mundial de la Salud y del Manual Estadístico de Enfermedades Mentales, en donde los menores, incluso adultos, pueden presentar seis síntomas de cualquiera de esos grupos, o de ambos, en los últimos seis meses de manera persistente.
En el grupo de falta de atención destacan los siguientes síntomas: el niño o adulto no atiende los detalles y comete errores por falta de esmero en las tareas escolares, en el trabajo o en otras actividades.
Asimismo, le cuesta trabajo mantener la atención en el ámbito laboral o en las actividades lúdicas; parece no escuchar cuando se le habla o nunca sigue las instrucciones indicadas; deja inconclusas las tareas y no cumple con los deberes en la escuela o en el trabajo.
Además, se le dificulta organizar y comprometerse en actividades que requieran un esfuerzo mental continuado -como las tareas escolares- y las evita o rehuye; pierde instrumentos necesarios para sus actividades -como juguetes, libretas, cuadernos escolares o libros-; se distrae fácilmente ante estímulos externos.
En tanto, indicó Ortiz León, el grupo de hiperactividad e impulsividad se distingue porque el sujeto agita nerviosamente las manos, los pies o se acomoda en el asiento, se levanta en clase a cada momento o en otras situaciones donde debería permanecer sentado.
También corretea incesantemente o trata de subirse a cualquier lugar cuando resulta inapropiado hacerlo y si se trata de adolescentes y adultos, éstos tienen sentimientos subjetivos de no poder estar quietos.
También le es difícil jugar o participar en pasatiempos tranquilamente; está siempre a toda marcha, como si fuese en motocicleta; parlotea en exceso; se precipita y responde antes de que hayan acabado las preguntas; le es complicado esperar su turno; interrumpe o avasalla a los demás.
Estos síntomas, dijo la especialista, aparecen antes de los 7 años de edad y requieren desarrollarse en por lo menos dos ambientes distintos, como la escuela, el hogar, el trabajo, o socializando con los amigos, entre otros.
Considerado crónico e incapacitante, la persona debe ser tratada de manera conjunta por especialistas en psiquiatría infantil, pedagogos, neuropsicólogos, maestros y padres de familia, lo que también representa un impacto social y económico elevado, consideró.
La psiquiatra de niños advirtió que este padecimiento afecta la autoestima del menor, sus relaciones interpersonales y la convivencia con sus padres, pues son rechazados o subestimados al no alcanzar las expectativas de un grupo de iguales o de los adultos.
Con frecuencia presentan trastornos afectivos y de conducta durante la infancia y adolescencia, así como riesgo para abusar de sustancias prohibidas, entre otros.
Sin embargo, explicó Ortiz León, con un tratamiento basado en fármacos el 70 por ciento de los afectados puede alcanzar una modificación extraordinaria de sus conductas, al disminuir la severidad de los síntomas y mejorar el funcionamiento social y académico, pero aunque este mal es tratable no se cura.
Por su parte, la presidenta de la Sociedad Mexicana de Déficit de Atención e Hiperactividad, Regina Ferrari, indicó que según cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) existen en México 15 millones de niños inscritos en primaria.
Anualmente desertan unos 250 mil alumnos y reprueban alrededor de 900 mil niños.
En tanto, en secundaria, de una población nacional de cinco millones y medio de alumnos, desertan aproximadamente medio millón y reprueban más de un millón de adolescentes.
Lo anterior significa que cada año los sistema de educación primaria y secundaria pierden a dos millones 650 mil niños y en buena medida se debe a la cantidad se debe al TDAH
Fuente: Notimex
23/01/2004