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Da igual por qué zona del calendario transitemos. Hoy es sin duda una fecha importante y especial para la salud. Quien crea que el7 de abril, día mundial de la salud instituido por la OMS, no tiene competidores es que no ha reparado en la cantidad de días mundiales que celebramos cada año: el del sida (cada 1 de diciembre desde 1988), el del Parkinson (11 de abril), el del cáncer (2 de febrero), el del Alzheimer (21 de septiembre), el de la tuberculosis (24 de marzo), el de la diabetes (14 de noviembre), el de la salud mental (10 de octubre), el del cáncer de mama (19 de octubre), el del corazón (24 de septiembre), el de la esclerosis lateral amiotrófica (21 de junio), el de la retinosis pigmentaria (último domingo de septiembre)... La lista es tan larga que, aunque lo parezca, no es exagerado decir que todas y cada una de las fechas del calendario reclaman nuestra atención hacia alguna enfermedad, cuando no hacia varias, pues los días se solapan con las semanas, los meses, los años y las décadas de celebraciones. En esta vorágine de fechas señaladas en pro de la salud se mezclan las promovidas o auspiciadas por la OMS con las proclamaciones del Gobierno de EE UU y las que hacen por su cuenta las más diversas asociaciones y sociedades médicas para concienciarnos sobre esta o aquella enfermedad. El 31 de mayo, con el
día mundial sin tabaco, culmina un mes saturado de celebraciones, como lo están todos los demás. En EE UU, donde las cosas están mucho tan exacerbadas que ya no quedan fechas libres, mayo es el “mes nacional para la concienciación” sobre el ictus, los traumatismos, la prevención de la osteoporosis, la neurofibromatosis, la salud mental, la prevención del melanoma y otros cánceres de piel, la enfermedad de Lyme, la enfermedad de Huntington, la artritis, el asma y la alergia, la hepatitis, las enfermedades digestivas, la educación sobre la hipertensión, el sueño saludable y un largo etcétera. Pero, además, todos estos llamamientos están entreverados con las “semanas de concienciación” sobre las alergias alimentarias y el suicidio (del 5 al 11 de mayo), la salud de la mujer (del 12 al 18) y alguna otra. Si a esto añadimos los días concretos: el 1 de mayo fue, por ejemplo, el día nacional del screening de los trastornos de ansiedad; el 7, el de la depresión en los niños; el 12, el de la fatiga crónica, entre otros. Con tantas convocatorias no es de extrañar que se nos olvide que estamos en la Bone and Join Decade 2000-2010, a la vez que en la Decade of Behavior 2000-2010 y quién sabe en qué otras. Se supone que la razón de ser de todas estas celebraciones es concienciar a la población y fomentar su educación sanitaria, mejorar la prevención de algunas enfermedades de gran prevalencia y, de paso, acaparar protagonismo la organización. Lo que ocurre es que a fuerza de llamar la atención, ésta se acaba fatigando, las celebraciones se desvirtúan y caen en el olvido. Por cierto, ¿qué celebramos este año?
Autor: Gonzalo Casino Viernes , 17 de Mayo de 2002
Fuente: Numero 160 de Escepticemia.
20/05/2002