Mi niña fue diagnosticada con autismo cuando tenía 2 años. Nos recomendaron matricularla en la escuela para ayudarla en el aspecto social y en el habla. Además, desde entonces recibe terapias tradicionales como la de habla y la ocupacional. También recibió terapias no tradicionales, como la kinesiología, organización neurológica, integración (vida independiente) y delfinoterapia.
Cuando mi niña tenía 4 años y 8 meses comenzó a recibir terapia auditiva a través del Método Tomatis. Comenzamos a ver cómo mi hija “despertaba”, se percataba de lo que sucedía a su alrededor y fue como si toda la estimulación que había recibido comenzara a hacer efecto. Ella le estaba dando sentido a todo lo aprendido.
Observamos cómo hablaba más claro y fluido, se le entendía mejor, formaba oraciones cortas, establecía contacto visual, hablaba con propósito, por ejemplo, buscaba monedas y decía “dinero”. Aprendió los números en inglés, español y coreano (enseñados en la clase de taekwondo), podía narrar situaciones del diario vivir, identificaba los colores, coloreaba dentro del contorno, comenzó a mantenerse sentada por más tiempo y ese fue el inicio de muchos logros más.
A través de las terapias Tomatis, mi niña comenzó a cambiar y a desarrollar las destrezas esperadas para su edad. C.B.
Para información, llame al 787-220-3227, 787-469-3710, o acceda a www.tomatispr.com.
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15/03/2011