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Las conclusiones de una tesis doctoral desarrollada en el Hospital Universitario Reina Sofía y la Facultad de Medicina de Córdoba ponen de manifiesto las ventajas que en niños de 18 meses de edad --que han participado en el estudio--, tiene el consumo de la leche materna frente a la leche artificial,según informó el centro hospitalario en una nota.
En este sentido, el jefe de sección de Pediatría del hospital cordobés, Ramón Cañete, director de la tesis doctoral 'Influencia de la lactancia materna sobre el desarrollo mental y psicomotor del niño a los 18 meses de edad', explicó que el estudio "demuestra que los pequeños que han recibido leche materna son más inteligentes", al tiempo que "el desarrollo psicomotor no varía respecto a los bebés alimentados con leche artificial".
Cañete indicó que, "a pesar de los esfuerzos de la industria farmacéutica por intentar imitar las propiedades naturales de este producto, lo que resulta evidente es que se puede llegar a imitar, pero no a igualar, porque se desconoce la composición exacta de la leche materna".
Algunas de las conclusiones del trabajo se publicaron el pasado mes de febrero en la revista 'Clinical Pediatrics' y la tesis en su conjunto ha merecido el 'Premio de Nutrición José González Meneses Jiménez', que concede anualmente la Sociedad de Pediatría de Andalucía Occidental y Extremadura.
Este reconocimiento, dotado con 3.000 euros, se entregará el próximo viernes 28 de noviembre en el Hotel Hesperia de Córdoba, en el marco de un acto que conmemorará el 25 aniversario de la concesión de este premio sanitario.
Concretamente, los niños que han recibido leche de su madre presentaron entre nueve y diez puntos más de inteligencia --según la escala Bayley, que valora el desarrollo mental y psicomotor--, por lo que el doctor Cañete insistió en la conveniencia de dar el pecho a los bebés, ya que "esta leche contiene algunos lípidos, como el ácido araquidónico y decosahexaenoico, que no están presentes en compuestos no naturales y que actúan sobre el desarrollo neuronal".
En el estudio, que ha sido la tesis doctoral de la médica generalista Manuela Gómez Sánchez y que se ha prolongado durante cuatro años, han participado 249 niños de ámbitos rurales y urbanos, a quiénes se les ha seguido su evolución desde su nacimiento hasta los 18 meses de edad.
En esta muestra infantil se valoró la inteligencia de los progenitores (medida a través del test de Lattell), la escala social de procedencia (según la escala de Graffar), la edad de la madre y el tipo de alimentación (natural o artificial).
Los profesionales recomiendan amamantar a los bebés hasta los cuatro o seis primeros meses de vida, además de completar con otros compuestos cuando el niño no queda saciado, y añadir alimentación complementaria a partir de este periodo.
Del mismo modo, los pediatras aconsejan evitar este tipo de alimentación natural en algunos casos concretos, como madres con determinadas infecciones, tales como VIH, pecho plano o invertido y en recién nacidos de bajo peso o con malformaciones en la boca.
Finalmente, Ramón Cañete explicó que dar el pecho al niño no sólo es beneficioso para éste, sino también para la madre, quien en su estrecha relación con el lactante recibirá una "potenciación de sus efectos maternos".
Fuente: EuropaPress
10/12/2003