Alumnas de 4º año de la carrera de Psicopedagogía de la Universidad Católica de Santa Fe (UCSF) realizaron aportes al estudio y la intervención sobre la dislexia infantil, en una experiencia de trabajo conjunto con la Asociación Aprendamos, de la ciudad de Santo Tomé. Las jóvenes realizan desde hace dos años una práctica -en el marco de extensión de cátedra- trabajando en el diagnóstico y tratamiento de niños de escolaridad primaria que padecen de esta dificultad, y que en su mayoría están inmersos en familias de bajos recursos.

El proyecto surgió de una necesidad por parte de la Asociación y de ahí la firma de un convenio con la Facultad de Humanidades de la UCSF para concretar el pedido de colaboración. Los miembros de la Asociación Aprendamos se ven excedidos en la demanda de personas con esta disfunción, y cuentan con muy pocos profesionales que trabajan ad honórem y la cantidad de personas que recurren son cada vez más.Mónica Aquino, titular de la cátedra, comentó que las alumnas de Psicopedagogía realizan la planificación y ejecución de planes terapéuticos para el tratamiento de la dislexia. “Hablamos de un trastorno específico del aprendizaje que se caracteriza por la dificultad al acceso o la consolidación del aprendizaje de la lectura. Es de base neurocognitiva y es por ello que reciben un tratamiento específico. La dislexia no se cura, es una disfunción de base neurocognitiva que se trabaja desde edades muy tempranas para su rehabilitación”, definió.

“Los tratamientos son efectivos y puntuales, no son extensos en períodos de tiempo y producen cambios en el corto plazo. El tratamiento neurocognitivo está focalizado en la disfunción y esto hace que se pueda revertir casi de manera absoluta en niños pequeños”, explicó la profesional.

Según Aquino, esta disfunción afecta e impacta en su autoestima, “porque el niño es evaluado y resignificado desde la lectura y escritura, es decir, desde su desempeño académico”. También en la valoración de sí mismo, en la conciencia de lo que puede y no puede hacer y en la independencia, “ya que el niño que padece dislexia siempre necesita que otra persona le lea para que comprender las consignas”, dijo. “Si el niño es tratado de manera efectiva, a futuro necesitará un mínimo soporte”, cerró la docente

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1/02/2011