¡Veo con mis manos!, exclama la niña mientras acaricia con sus dedos aquellos nítidos caracteres. En la escuela especial Abel Santamaría, única institución de la capital cubana para escolares con discapacidad visual, todos aprenden la lectoescritura en Braille.
Su mundo es de sombras pero todos los días encuentran claridad cuando se adentran en el método de puntos en relieve creado por aquel ciego genial llamado Louis Braille, quien acercó la luz de la palabra escrita mediante el sistema táctil que lleva su nombre.
Los educandos matriculados en la Abel Santamaría se capacitan para llevar una vida productiva e independiente y participar en muchas de las actividades comunitarias en pie de igualdad con las personas dotadas de la vista.
Se trata de un propósito seguido muy de cerca por la Asociación de Ciegos de Cuba (ANCI) en Ciudad de La Habana, Organización No Gubernamental que en la provincia agrupa a 3 mil 637 miembros, de ellos 122 niñas y niños.
Al sistema Braille se le considera insustituible herramienta de aprendizaje y recuperación espiritual; su difusión constituye una de las más loables acciones para respetar los derechos de la población invidente, de ahí los avances en la escolarización de niños, jóvenes y adultos.
Hace más de 25 años nació la ANCI en la isla caribeña, que marcó el despegue de una verdadera cruzada a favor de la inclusión social. La campaña de alfabetización de personas ciegas desarrollada entonces enseñó a leer y escribir en Braille a más de mil 500 de ellas, y le mereció al país un premio UNESCO.
No pocos cambiaron su vida pues los afanes de integración de Louis Braille valieron para dar ocupación, otorgar cultura y métodos de trabajo a numerosos ciegos cubanos.
“El respeto a los derechos de las personas con discapacidad en nuestra sociedad es un privilegio que se contrarresta con la realidad de los millones que en el mundo hoy viven sometidos a prácticas discriminatorias”, comenta la presidenta provincial de la ANCI, Bárbara Ajete.
Dijo que mediante el Braille ha sido posible registrar avances permanentes en cuanto a la continuidad de estudios hacia la educación superior de los ciegos, incorporados en la actualidad a carreras como Informática, Derecho, Cultura Física, Fisioterapia, Psicología, Bibliotecología, entre otras especialidades.
Aunque el aventajado francés ideara el Braille desde el tercer decenio del siglo XIX, muchos siguen privados en el mundo: todavía más de un 75 por ciento de personas ciegas, principalmente de países subdesarrollados, no saben rozar el índice sobre los 63 caracteres de los que consta el sistema.
En Cuba desde las más tempranas edades se concede la oportunidad de aprender a leer letras, números y símbolos mediante el tacto, porque se multiplica la enseñanza de una revolucionaria inventiva de incontrastable superioridad como base de la instrucción.
http://www.tribuna.co.cu
4/01/2011