La integración de las personas con discapacidad pasa por convertir calles y aceras en terreno libre de obstáculos y en adaptar el transporte público, ya sea con ascensores que conducen al andén o rampas que eliminan escalones para entrar en el bus. Barcelona podrá calibrar su esfuerzo en esta materia el 3 de diciembre, cuando la Comisión Europea falle el premio Ciudad Accesible, primera convocatoria de este galardón donde también son finalistas Ávila, Grenoble (Francia) y Turku (Finlandia).
El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) fue el encargado de presentar las candidaturas de Barcelona, Ávila y Málaga, que no ha llegado a la final. La capital catalana tiene cifras de sobra como para colgarse el oro, pero los designios de Bruselas son impredecibles. Sin ir más lejos, la Unión Europea decidió la semana pasada dar el premio Capital Verde a Vitoria porque consideró que, a pesar de que Barcelona había logrado la máxima puntuación, era mejor reconocer a una «ciudad pequeña».
EL COMERCIO FLAQUEA / El historial catalán tiene difícil rival en el Viejo Continente: el 82% de las estaciones de metro tienen ascensor, el 100% de los buses disponen de rampa y más del 90% de las calles cuentan con aceras accesibles. El terreno del comercio y la restauración, sin embargo, pueden restar algo de crédito.
Macetas en la puerta de las galerías, el menú del día colocado en una pizarra en la calle..., da la sensación de que la accesibilidad y el negocio están reñidos, lo que ha generado sonoras quejas entre las personas con discapacidad. Valga un ejemplo: Más del 60% de las tiendas de la Diagonal en su tramo central no son accesibles. Y eso, si al jurado le da por pasear, seguro que quita puntos
http://www.elperiodico.com
14/11/2010