Los que han marcado en la matrícula que tienen un grado de discapacidad reconocido igual o superior a un 33% son 250, pero los estudiantes de la Universidad de Oviedo que pueden requerir atención diferenciada pueden ser muchos más, «porque trastornos como la dislexia, la disgrafía, el autismo o la enfermedad mental no tienen ese reconocimiento y, sin embargo, son alumnos que precisan atención», señaló Eduardo Rodríguez, director de Servicios Universitarios del Vicerrectorado de Estudiantes.
Pero aun sin contabilizar ese número añadido de estudiantes, Asturias tiene matriculados a un 1% de universitarios con necesidades especiales, lo que la sitúa a la cabeza de España, donde la media es del 0,6%. «Este último año han terminado la carrera 25 y tenemos un premio extraordinario», apostilló la vicerrectora de Estudiantes y Empleo, Susana López Ares, después de enumerar las atenciones específicas que se les dispensan, que pueden ir desde un bolígrafo que convierte la escritura en PDF, a un becario acompañante.
Para quienes tienen su discapacidad reconocida y para quienes no, la Universidad de Oviedo tiene en funcionamiento desde el 1 de octubre una Oficina de Atención a Personas con Necesidades Específicas, con sede en el Vicerrectorado de Estudiantes y financiación de 120.000 euros de la Consejería de Bienestar Social y Vivienda. «A pesar de la difícil situación que tenemos, siempre tuvimos claro que había que priorizar esta excelente idea de la Universidad», declaró su titular, Noemí Martín. La consejera visitó las instalaciones en compañía del rector, Vicente Gotor, quien destacó por igual que el compromiso de integración «es uno de los ejes del Campus de Excelencia Internacional» y que la oficina sirve de orientación a los profesores para «prevenir problemas de aprendizaje». Una psicóloga y una pedagoga dirigirán la unidad
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13/11/2010