La sordera neurosensorial es diagnosticada en Cantabria a uno de cada mil niños antes de los seis meses de edad con el programa de detección precoz que funciona en la comunidad desde 2001 y que permite tratar estos casos de forma temprana.
El consejero de Sanidad, Luis Truan, ha hecho hoy balance en rueda de prensa de este programa para detectar la sordera congénita o hipoacusia, una patología en la que el diagnóstico precoz es de gran importancia porque los síntomas no aparecen hasta que el niño llega a los dos o tres años y no habla.
Cantabria fue la cuarta comunidad autónoma en poner en marcha este programa y hasta entonces sólo se realizaban pruebas para detectar una posible sordera a los niños con riesgo, aquellos con antecedentes familiares de hipoacusia, con alguna enfermedad o infección neonatal o cuyas madres han tomado determinados medicamentos durante el embarazo.
La primera prueba se realiza, con un aparato portátil, en el mismo hospital, pocas horas después del nacimiento. En 2009 han participado en este cribado 5.337 bebés, el 99,72 por ciento de los nacidos en Cantabria el año pasado y desde que se puso en marcha, 44.778, una cifra que permite extraer conclusiones, ha apuntado el consejero.
La primera es que la sordera neurosensorial, que es la más grave, tiene una incidencia de 1,6 por cada mil recién nacidos, una proporción elevada que justifica la existencia de un programa de detección precoz, según el jefe de Pediatría del Hospital Marqués de Valdecilla, Lino Álvarez.
En cifras absolutas, se han detectado 52 casos de sordera neurosensorial en nueve años, en los que el diagnóstico precoz ha podido evitar la sordomudez y otras secuelas, como el retraso psicomotor.
La incidencia de todas las formas de sordera y transtornos auditivos, incluyendo los menos graves, es de 5 por cada mil neonatos, lo que se traduce en 241 casos desde 2001.
A los recién nacidos que no superan la primera prueba en el hospital, se les realiza otra antes del mes. En ambos casos, los resultados se obtienen en tres o cuatro minutos.
Si no pasan la segunda, son remitidos a la Unidad de Diagnóstico Precoz de la Sordera Congénita de Valdecilla, donde se les aplican otras técnicas diagnósticas, como la de "potenciales evocados", similar a un encefalograma, para estudiar el nervio auditivo.
En el caso de que se diagnostique sordera, empieza el tratamiento con el apoyo de logopedas antes de que el bebé cumpla los seis meses. Algunos niños necesitan audífonos, que se suelen poner a partir de los 18 meses, y en algunos casos, los menos frecuentes y más graves, se recurre el implante coclear.
Esta técnica consiste en colocar una prótesis bajo el cuero cabelludo que recoge el sonido y lo transmite, a través de unos electrodos, al oído medio.
Según ha explicado el consejero, el Servicio Cántabro de Salud ha ido introduciendo mejoras en el programa, que se extienden a las prestaciones.
Desde 2007 financia los 1.500 euros que cuesta un audífono si el niño tiene hasta 4 años mientras que la familia hace una aportación de 50 euros. Entre los 5 y los 16 años, financia 1.155 euros del audífono y 52 por el aparato adaptador.
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11/11/2010