El festejo del Día de la Madre -más allá de ser una fecha comercial, sin dudas- debe servir de excusa para que nos pongamos a pensar en cuestiones que pueden servir para lograr un mejor vínculo con los hijos o que aprendan a tenerlo desde que éstos nacen.
Un tema fundamental es el juego, algo sencillo y básico, que no implica dinero y que le reporta múltiples beneficios al bebé, incluso desde el primer momento de su vida. Y es ahí donde la mamá -aunque también el papá- debe cumplir un rol trascendental.
“Desde el día en que nace el bebé, es la mamá la que juega con él a través de las miradas, el lenguaje, las caricias y el amor, y le va dando existencia. El bebé disfruta de todo esto y lo necesita para un buen desarrollo psíquico”, aseguró la Licenciada en Terapia Ocupacional María Mercedes Acevedo, quien tiene a su cargo los Talleres de Juego y Estimulación Temprana que se dictan en Maternarte.
Según explicó, el juego favorece el desarrollo de las habilidades mentales, sociales y físicas del bebé, entre ellas la capacidad de hablar y de caminar; contribuye a desarrollar la curiosidad y la confianza del niño; y sienta las bases para el trabajo escolar y para la adquisición de las capacidades necesarias en etapas posteriores de la vida.
También mencionó que -además de aportarle el alimento y los cuidados físicos-, la mamá debe proporcionarle su afecto al bebé para que se pueda establecer un buen vínculo que vaya creando una relación de confianza.
Sin embargo, aclaró que “lo importante es que ambos padres puedan jugar junto a su hijo y disfruten entre ellos. Cada juego estimula algún aspecto en particular en el niño, pero lo esencial es que los padres jueguen por el placer de jugar y no por lo que el juego va a lograr estimular. Eso se dará sólo si el niño juega placenteramente”.
Y sugirió: “Es importante jugar con el bebé por el placer que ésto provoca; debemos sacar al niño interior que todo adulto lleva adentro y poder meternos dentro del juego, más allá de toda intención de estimulación. Sólo creando un buen vínculo se dará el aprendizaje”
OTROS TIEMPOS
La terapista ocupacional -que trabaja en estimulación temprana- explicó que el taller surgió porque advertía que “muchas mamás quizás se toman el tiempo para bañarlos, cambiarlos, darles la teta y salir a pasear pero no para sentarse a jugar durante una hora, en forma exclusiva, con sus bebés. Sabemos que muchas también ponen a sus hijos pequeños en el coche, con música o en los gimnasios para bebés para que se entretengan solos, mientras ellas hacen cosas en sus casas”.
En este sentido, remarcó por qué es importante el juego para los bebés cuando están a cargo de las mamás. “El juego sirve para establecer un poco más el vínculo con nuestros bebés, para que puedan desarrollar su inteligencia y la imaginación. Es algo básico y tiene que tener el acompañamiento de un adulto. Le podés comprar el mejor juguete pero si no hay un adulto al lado que lo acompañe es lo mismo que nada”, planteó.
Y agregó: “En los primeros meses el mejor estímulo y juguete para los bebés es la cara de la mamá y son ellas las que tienen que tratar de generar la estimulación y el contacto. En el mercado hay gran cantidad de juguetes para bebés pero muchos piensan que sólo dándoselos se van a entretener solos. Al principio, básicamente es la mamá la que tiene que estar. Por eso, les aconsejamos que -desde que nacen, cuando sólo comen y duermen- les pueden hacer masajes y caricias a sus bebés; si bien no van a responder, van a ir internalizando esta conexión. Es otra forma de comunicarse. Pero a los tres meses, el bebé ya empieza a focalizar los objetos, a hacer el seguimiento visual y la mamá puede interactuar mejor con él; debe invitarlo a jugar para que lo disfrute.”.
CREANDO EL VÍNCULO
Por otra parte, la profesional explicó que “durante los primeros meses, los juegos son físicos, de sostén, y en esta etapa se va formando el vínculo con la madre. Por eso debe haber un intercambio de todo lo sensorial y lo afectivo. Jugar, para el bebé, consiste en el placer de mirar, sentir, escuchar y de ser sostenido, mirado, escuchado”.
Según mencionó, en este período “el bebé está atento a la palabra del adulto y -por más que no entienda todo lo que le dicen- es fundamental que le hablen. Es el adulto el que tiene que hablar primero, para que luego él pueda hablar más adelante”.
Y agregó: “La mirada de la madre es muy importante en esta etapa. Es a través de la mirada que el bebé se va haciendo sujeto, se va encontrando con el otro (la madre). A través de las miradas y las palabras, la madre le va diciendo a su hijo qué es lo que le está pasando, le va contando quién es, que tiene hambre, sueño, que está sucio, que quiere upa o mimos, que tiene calor, etc.. Es ella quien, al principio, le va adjudicando un sentido al llanto, a los primeros sonidos que emite el bebé”.
Consultada en relación a la inclusión de los papás en el juego, opinó que “muchas mamás del taller me cuentan que en sus casas es el papá el que juega con el bebé porque -por lo general- ellas atienden las necesidades básicas del hijo (le da la teta, lo baña, lo cambia) y se lo da al papá para que juegue y se haga cargo. Muchos participan y, por lo general, hacen juegos bruscos, los suben y los bajan”.
Por último, y tras aclarar que “cada bebé tiene su tiempo de desarrollo y que las mamás no tienen que ponerse a comparar a sus hijos con los otros de la misma edad”, la Lic. en Terapia Ocupacional María Mercedes Acevedo advirtió que “hay muchas mamás que se adelantan y a los tres meses quieren que sus bebés se paren. Entonces les explico que les hace mal la fuerza en las caderas y que a su edad no están preparados. Luego, cuando se lo explican a sus maridos no intentan hacerlos parar más”.
LO IMPORTANTE
El momento de alimentar naturalmente al bebé también debe ser relajado y dedicado, ya que sirve para fortalecer el vínculo entre la mamá y su hijo. “Al dar de mamar es importante que las mamás les dediquen ese tiempo, que es el indicado para mirar a los ojos a su bebé, para estar en contacto permanente, para establecer un vínculo. Muchas mamás están de acuerdo con este consejo, pero dicen que cuando el bebé pide la teta se la dan en cualquier lado. Les sugiero que traten de apartarse si están comiendo con la familia, para estar en un lugar más tranquilas. Es un momento muy especial”, explicó Acevedo
CONTACTO FÍSICO Y MASAJES
La Lic. en Terapia Ocupacional también aconsejó a las mamás darse un tiempo para ofrecer masajes a sus bebés, ya que tienen un gran valor terapéutico para vincularse con él.
Según explicó, sirven también en situaciones de cólicos, gases, constipación, dentición o, cuando el sueño se ve interrumpido o hay llanto persistente. El tacto -agregó- favorece el proceso de mielinización del sistema nervioso, y es el sentido que integra la formación del mundo exterior desde que nace. Por eso, cuando el niño es tocado y acariciado está experimentando los límites de su propio cuerpo.
Por otra parte, contó que “los bebés absorben el tono corporal de las personas. Por eso, hay mujeres que dicen que cuando alzan a un bebé llora. Si una persona está nerviosa por el ir y venir cotidiano se lo va a transmitir al bebé y nosotros tenemos que tratar de protegerlo de ésto. Las mamás que están sobreexigidas les transmiten a sus bebés y por eso se ponen caprichosos. Esto nos tendría que hacer pensar qué les estamos transmitiendo a nuestros hijos con nuestro hacer cotidiano. Los tres meses de licencia por maternidad sirven para que la mamá disfrute del bebé, que trate de fortalecer bien el vínculo; es un tiempo muy importante”.
EL TELE, INCONVENIENTE
Según la Lic. en Terapia Ocupacional María Mercedes Acevedo, poner al bebé frente al televisor “es una ayuda para la mamá para que el bebé esté quieto pero no para el niño. Soy anti televisor hasta que los chicos tienen cierta edad, porque su visión no está preparada para las imágenes que éste dispara. A muchos bebés de 12 meses, o de menos, ya los ponen frente al televisor. Se enganchan, ,así esté el noticiero porque les llama la atención los disparos de estímulo de la televisión; es como que se hipnotizan. Pero no les hace bien porque los está sobreexcitando y sobreexigiendo a la vista”.
Y continuó: “A los bebés, la tele no los ayuda en nada: no los estimula, no les desarrolla nada, no los favorece en nada. Entiendo que las mamás estén sobrecargadas, pero quizás es preferible que se pongan el coche al lado y les canten o se pongan un sombrero o antifaz de colores o con plumas para estimularlos. Eso sirve para que vayan entrenando la vista, si uno se acerca y se aleja, para que puedan focalizar. Se van a divertir mucho más que con la tele, pero el tema es que ellas les tienen que dedicar más tiempo, que es lo complicado hoy en día”.
http://www.ellitoral.com
31/10/2010