Entre 9.000 y 10.000 personas padecen algún tipo de demencia en Navarra, una cifra que ha aumentado desde los 6.000 que se barajaban hace menos de una década debido al envejecimiento de la población (el 6,5% de los mayores de 65 años padecen algún proceso de demencia) y, sobre todo, gracias al diagnóstico precoz de estos procesos. Así, se estima que cada año se diagnostican mil nuevos casos de personas con alguna demencia, la más frecuente el Alzheimer.

"Se ha realizado un gran esfuerzo en el diagnóstico precoz en Atención Primaria y en los circuitos de derivación de estos pacientes", apuntó ayer Germán Jusué, neuropsicólogo responsable de la Unidad de Memoria del Servicio Navarro de Salud.

La consejera María Kutz, junto con la directora de Salud, Isabel Martín y el subdirector de Salud Mental, José Domingo Cabrera visitaron ayer la citada unidad que se encuentra en el recinto del Psicogeriátrico San Francisco Javier. Precisamente, la detección precoz de estos procesos ha permitido que los profesionales puedan actuar en las fases iniciales de las demencias con objeto de intentar "ralentizar" en la medida de lo posible el proceso.

En este contexto se enmarca la Unidad de Memoria, que se puso en marcha en el año 2003 con 27 pacientes mientras que el año pasado trató a 221, explicó Mercedes Ferro, directora del Psicogeriátrico.

La unidad tiene capacidad para tratar a 104 pacientes, que acuden dos veces a la semana en sesiones de una hora durante ocho meses. Además, atiende a otros 60 pacientes a domicilio, en este caso se realiza la rehabilitación con la ayuda de algún familiar y la supervisión de los profesionales, y también se lleva a cabo un seguimiento de ocho meses en los pacientes que han pasado por la unidad para observar la evolución en el hogar.



Invertir el proceso



Gran parte de los pacientes llegan a la unidad con un deterioro cognitivo ligero "a estudio", es decir no tienen un diagnóstico definitivo. El objetivo, recalcó Jusué, es "retrasar el proceso" para mejorar la calidad y vida y los síntomas en las fases iniciales.

En este sentido, el experto puso de relieve que actualmente no existe un tratamiento capaz de curar la degeneración cerebral. Sin embargo, "la evidencia científica demuestra que los tratamientos no farmacológicos, como la psicoestimulación cognitiva, son eficaces para ralentizar el deterioro" y mantener las habilidades necesarias para la vida diaria. Además, el trabajo en grupo tiene un efecto "motivador", apuntó Jusué, y los pacientes tienden a superar la apatía que suele aparecer unida a los momentos iniciales.

Santiago Orzaiz y Ascensión Martínez, de 65 y 64 años, se encontraban ayer en la Unidad de Memoria durante la visita de la consejera Kutz. Ambos resaltaron la mejoría que han notado desde que acuden a las sesiones. "Me lo paso en grande", indicó Martínez. "Antes no tenía ganas de nada, ni de ir a la compra porque me bloqueaba y ahora me encuentro mucho mejor", apuntó. Por su parte, Orzaiz resaltó la importancia se no aislarse y de afrontar la vida. "Yo me quiero superar", dijo emocionado al narrar la sensación que había sentido de "ir retrocediendo" en el tiempo al tener que hacer tareas con lápiz y goma, "como mi nieto". Ante esta actitud, Jusué destacó la importancia de que los pacientes entiendan que es un tratamiento beneficioso y que, en ocasiones, es preciso volver a aprender.

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11/10/2010