Lázaro Díaz tiene 18 años y sufre una parálisis cerebral que le obliga a ir en una silla de ruedas. Debido a la discapacidad, la Junta de Andalucía accedió a permitirle estudiar Bachillerato de forma fraccionada, es decir, en cuatro años, dos para cada curso. El éxito de esta medida es indudable: Lázaro ya hace segundo y ha obtenido un ocho de nota media. El director de su instituto de Alcalá La Real (Jaén), Pascual Baca, cuenta que es un chico «muy trabajador y que pone mucho esfuerzo en sus estudios». Las barreras se plantean a las puertas de la universidad: Lázaro no puede examinarse de las asignaturas de Selectividad que ha aprobado este curso hasta el año que viene.
El deseo de este adolescente era hacer esta prueba también de forma fraccionada, cada año de las asignaturas que curse, y así lo solicitó a la Universidad, Junta y Ministerio. Pero la respuesta fue rotunda: la Ley no lo permite, pues es requisito para presentarse tener Bachillerato completo. Para él ya no hay marcha atrás, pues hará la selectividad completa el año que viene.
Recogida de firmas
Sin embargo, este joven no se rinde, y lucha para que los estudiantes que tengan el mismo problema consigan una selectividad partida. Con este objetivo ha escrito una carta al Ministerio de Educación, que ya ha sido firmada por más de 1.700 personas, en la que pide que se cambie la legislación para que quienes hagan un Bachillerato fraccionado puedan fraccionar la prueba de acceso a la Universidad.
Fuentes de este Departamento aseguraron a LA RAZÓN que, de acuerdo con el Real Decreto que regula esta prueba, es competencia de las comunidades autónomas realizar las modificaciones necesarias para dar facilidades a los alumnos dicapacitados. Desde la Consejería de Innovación de la Junta de Andalucía señalan, por el contrario, que esta modificación es competencia ministerial.
Mientras las autoridades nacionales y autonómicas se pasan la pelota, Lázaro cree que es lógico que si te dan comodidades para estudiar Bachillerato, te las den también para acceder a una Educación Superior. «Lo que reflejan no permitiéndome hacer la selectividad fraccionada es que soy apto para cursar Bachillerato, pero no para asistir a la Universidad. Me duele y voy a luchar para que cambien la ley». Cuando termine sus estudios, el joven sueña con dedicarse a la política «para defender los derechos de las personas con discapacidad».
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8/08/2010