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El lenguaje, esa compleja capacidad que separa al hombre de los primates, puede convertirse en un aprendizaje tortuoso cuando se presentan lesiones orgánicas en el aparato fonador, de comprensión o malos hábitos adquiridos que provocan una incorrecta transmisión del habla. Asistir a una de las clases de Noemí Quintana, logopeda, se convierte en un constante descubrimiento de cómo un aprendizaje incorrecto del habla o del lenguaje puede llegar a marcar a una persona hasta límites insospechados. En su consulta hay personas de todas las edades y con diferentes trastornos a la hora de expresar verbalmente sus pensamientos. Dislexia, disglosia, afasia, dislalia, tartamudez y laringectomías son algunos problemas que requieren de la rehabilitación logopédica.
Dice Noemí Quintana que cada trastorno del habla requiere de una técnica diferente para su recuperación y que "hay pacientes en los que hay una progresión muy rápida y otros que tardan más". En la mayoría de los casos las sesiones de logopedia se prolongan durante años.
Para Noemí Quintana, logopeda del centro Icot de Siete Palmas, resulta de vital ayuda la supervisión y control de los padres y de los profesores en el aprendizaje del lenguaje en cada niño. "Hay veces que, incluso, los pediatras le quitan importancia cuando un padre o una madre les comenta que observan problemas en el habla de sus hijos. El diagnóstico y la atención precoz son la base del éxito. Es importante que acudan al foniatra para descartar un posible problema", explica.
José Luis Rodríguez, de 12 años, padece una disfonía (es decir, la alteración de una o más de las características acústicas de la voz como timbre, tono e intensidad). José Luis tiende a elevar la voz con facilidad y a expresarse atropelladamente. Este hábito le ha provocado nódulos en las cuerdas vocales y frecuentes afonías.
Desde hace tres años acude a la consulta de la logopeda para reeducar su respiración y modular correctamente la voz. Delante de un espejo Noemí le enseña a realizar el movimiento diafragmático. La disfonía es uno de los grandes males de colectivos profesionales como los profesores, que utilizan la voz como permanente medio de transmisión pedagógica.
Maritxer Quintana, de 8 años, sufre dislalia, que se manifiesta por la presencia de errores en la articulación de la palabra por función incorrecta de los órganos periféricos del habla sin que haya ningún tipo de lesión ni malformación. Confunde los fonemas y tiene dificultad para pronunciar la 'r'. Tras varios años de apoyo logopeda se ha recuperado "notablemente".
El trabajo continuado y la actitud de aprendizaje hace que, poco a poco, los avances se vayan haciendo patentes.
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4/08/2010