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La licenciada Dulcimara Guillén, fonoaudióloga, despejó algunas dudas con respecto a la tartamudez.
Es importante mencionar que estas dificultades en la fluidez no se presentan en la persona en todas las ocasiones, ni con la misma intensidad, sino que las mismas fluctúan cíclicamente por días o semanas, en algunos casos. Además aparecen signos de esfuerzo o movimientos asociados al habla, como por ejemplo: mover ojos, fruncir la nariz, levantar las cejas, etc.
Existe una predisposición cada vez mayor de considerar que el trastorno de la tartamudez presenta una implicancia de factores fisiológicos (relacionados con la planificación y coordinación del habla), factores lingüísticos (se refiere al desarrollo lingüístico y de la fluidez), y psicosociales (alteraciones psicológicas y ambientales).
En el desarrollo normal del lenguaje entre los 2 y 5 años de edad son frecuentes los errores de fluidez, “llamada tartamudez fisiológica”. Esta dificultad tiende a desaparecer a lo largo de la primera infancia a medida que el niño o niña va adquiriendo habilidades necesarias para la organización del lenguaje y utilizarlas adecuadamente en diferentes situaciones sociales.
En los niños que presentan cierta predisposición para el problema se instaura la tartamudez de manera estable, lo que puede perdurar hasta la adolescencia o edad adulta.
El tratamiento adecuado
El método a ser utilizado en la rehabilitación dependerá del trastorno que padece el niño. Estos factores implican una aproximación diferente en la terapia para cada caso.
El papel del terapeuta es vital, pues él es quien determinará el rumbo a ser tomado asumiendo diversos papeles de acuerdo a las necesidades del paciente. En algunos casos la intervención de otro profesional es fundamental, como por ejemplo, el psicólogo clínico.
En el caso de niños, específicamente, la mejoría del problema dependerá también de la habilidad y colaboración de los padres en el transcurso del tratamiento.
Sugerencias para padres
1- En caso de alguna duda o sospecha de que su hijo no tiene fluidez en el hablar, deben buscar un profesional especializado en el área, la detección precoz y la terapia preventiva son muy importantes en los resultados finales.
2- En el día a día, no dejen que el niño o niña perciba palabras o gestos que demuestren que ustedes están preocupados por su forma de hablar.
3- Nunca llamen “tartamudo” a su hijo o cualquier otra expresión que evidencie la dificultad. No permitan que se haga comentarios frente al infante, ya sea por familiares o amigos.
4- Miren al chico cuando habla, demuestren interés.
5- No interrumpan una frase, no hablen por él. Tengan paciencia.
6- Procuren hablar tranquilamente y con buena articulación.
7- No obliguen al niño o niña a hablar frente a personas extrañas.
8- Hagan de su casa un ambiente tranquilo.
9- Demuestren con gestos y palabras que ustedes aprecian sus cualidades. Elogien siempre.
10- No pidan que hable cuando está bajo el efecto de una fuerte emoción.
11- No dejen que perciba su ansiedad y pánico cuando existe un bloqueo en el hablar.
12- Dediquen tiempo a su hijo o hija, cuéntele un cuento, etc.
13- Siempre que planeen salir es importante avisarle con anticipación para que no se sienta desorientado e inseguro.
14- Si es un “buen día” donde el niño o niña no está tartamudeando, resulta fundamental crear situaciones de juego con materiales como títeres, actividades donde comparta con otros niños, etc.
15- En caso de un “mal día”, busquen actividades en las cuales él no necesite hablar. Ejemplos: ver juntos un programa en la televisión, un video infantil, escuchar música, recortar, dibujar, etc.
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5/07/2010