Un estudio de imágenes cerebrales revela que las personas más inteligentes y con mayor educación usan su cerebro de manera diferente, lo que podría ayudar a explicar por qué mantener activa la mente protege de la enfermedad de Alzheimer, dijeron el jueves investigadores estadounidenses.
Varios estudios han demostrado que la gente que arma rompecabezas, que baila y que mantiene su mente activa tiene un menor riesgo de padecer Alzheimer, la causa más común de demencia.
Esto ha conducido a los científicos a creer que algunas personas tienen una "reserva cognoscitiva" que les permite tolerar más el daño del Alzheimer y otras enfermedades cerebrales.
Pero ¿se debe al tamaño del cerebro, a las conexiones o a algo más?
Yaakov Stern, un profesor de neuropsicología de la Universidad de Columbia en Nueva York y sus colegas han hecho una serie de experimentos con imágenes cerebrales que indican que lo importante no es cuánto cerebro se tiene, sino cómo se usa.
Stern y sus colegas, que publicaron su estudio en la edición de agosto del Journal of Clinical and Experimental Neuropsychology, dijeron que realizaron pruebas en 19 personas con un margen de coeficiente intelectual, o IQ, por encima y por debajo del promedio.
"En este estudio particular observamos personas normales y les pedimos que hicieran una tarea de memoria, tenían que reconocer unas formas, un tipo de formas irregulares y sin sentido", comentó Stern.
"Vimos si podíamos detectar diferencias en la actividad cerebral en las personas participantes, como una función del IQ" y sí las hubo.
La imagen de resonancia magnética funcional (IMRf), que puede detectar la actividad celular conforme sucede, mostró mayor actividad en el lóbulo frontal de las personas con inteligencia superior.
"Un área cerebral donde parece radicar la mayor actividad en las personas con coeficientes intelectuales más elevados fue la circunvolución frontal interna derecha", dijo Stern. El investigador no sabe si esa área del cerebro es significativa.
"Lo más importante para nosotros en este punto no son las áreas mismas, aunque estoy seguro de que son significativas, sino el establecer esta actividad diferencial", agregó.
El siguiente paso, dijo Stern, será comparar a personas jóvenes con mayores y a personas saludables con pacientes con Alzheimer. Estudios previos ya han demostrado que las personas jóvenes y las mayores usan su cerebro de formas diferentes.
El equipo de Stern también ha demostrado que la instrucción escolarizada tiende a proteger de la enfermedad de Alzheimer.
Cualquier persona puede comenzar en las etapas tempranas de la vida, dijo, antes de que se presente el daño cerebral causado por el inicio del Alzheimer.
El mal de Alzheimer, para el cual no hay cura, se caracteriza por la formación de "placas" de proteína y marañas de fibras nerviosas que matan a las neuronas circundantes. Los síntomas comienzan con la simple pérdida de la memoria y va empeorando constantemente, dejando a los pacientes incapaces de cuidarse por sí mismos.
14/08/2003