A través de un circuito que recrea el rincón de una ciudad cualquiera, donde están presentes las barreras arquitectónicas, así como un baño poco accesible, 400 estudiantes se han puesto en la piel de las personas con discapacidad y han vivido por un momento las dificultades que entrañan dichas barreras.
En el último día de la actividad los jóvenes han recibido la visita del Presidente de FAAM, Valentín Sola, quien les ha trasladado que un pequeño escalón marca la diferencia entre lugares accesibles y los intransitables. "Ese escalón más alto de lo normal, o que un coche esté aparcado en un paso para peatones puede hacer que una persona usuaria de silla de ruedas, o una madre con un carrito, no puedan pasar y llegar a su destino. Éstos son claros ejemplos de discriminación que entre todos tenemos que denunciar para que la sociedad por igual tenga las mismas oportunidades de acceso", ha apuntado Valentín Sola.
Una ciudad accesible además es una ciudad más cómoda para todo el mundo, inciso que el propio presidente ha trasladado a los estudiantes. "Con este tipo de talleres queremos multiplicar por cientos de voces la reivindicación que tiene el colectivo", añade Valentín.
En grupos de 25 personas, los estudiantes de entre 12 y 20 años han vivido personalmente las dificultades a las que se tienen que enfrentar las personas con discapacidad a diario. Una charla introductoria impartida por los propios técnicos de accesibilidad de Federación les ha servido para acercarse a la discapacidad en el sentido más amplio. "Hay ejemplos de cómo determinados elementos hacen la vida más fácil y permiten la normalización de las personas con discapacidad como los botones de los ascensores, que cuentan con el sistema de escritura braille para que puedan ser usados por las personas con discapacidad visual" les ha trasladado Miguel Padua, Responsable de Accesibilidad de FAAM.
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29/05/2010