Un equipo de científicos británicos afirma que el registro de la actividad cerebral de los bebés podría proporcionarnos información esencial sobre la capacidad de comprensión de los más pequeños.
Cuando a un bebé de seis meses se le muestra un objeto y luego se lo retira de su vista, el niño generalmente se comporta como si el objeto en cuestión ya no existiese.
Pareciera ser que, una vez que está fuera de su campo visual, desaparece también de su mente.
Sin embargo, los investigadores del Birkbeck College y del University College de Londres sospechan, que hasta cierto punto, los niños entienden que el objeto todavía existe y que sólo está escondido, aunque no lo demuestren.
Actividad repentina
Los científicos conectaron una red de sensores en la cabeza de varios bebés para medir la actividad eléctrica de su cerebro.
El objetivo del experimento era encontrar un rapto de actividad cerebral repentina que pudiese corresponder con el instante en que el pequeño pensaba en el objeto, mientras éste estaba escondido.
Experimentando con un tren que entra y sale de un túnel, los investigadores descubrieron actividad eléctrica en una parte del cerebro llamada lóbulo temporal, en momentos clave del juego.
Esto sucedió en dos oportunidades: cuando el tren estaba escondido y luego cuando el bebé esperaba que apareciese.
El psicólogo Alan Slater, de la Universidad de Exeter y experto en esta materia, subrayó la importancia del descubrimiento de sus colegas.
"Si observamos que algo no funciona bien durante la infancia, tenemos la posibilidad de corregirlo", afirmó.
8/08/2003