El Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad es un problema de salud que ha existido toda la vida, pero actualmente es más notorio porque los papás se han olvidado de corregir a sus hijos, al no pasar el suficiente tiempo con ellos y dejar que sea la televisión -u otros medios- quien los eduque.
Se trata de un problema de salud mental diagnosticado con más frecuencia en niños. Se identifica en un tres o cinco por ciento de niños en edad escolar y es más frecuente en varones, de acuerdo a estadísticas de la Organización Mundial de la Salud.
A menudo los niños con este trastorno son incapaces de prestar atención a una tarea concreta durante un periodo prolongado, suelen ser hiperactivos o inquietos y, en general, son desorganizados e impulsivos.
En un contexto histórico, el padecimiento tiene antecedentes tan remotos como la misma humanidad, que se ha agravado con el tiempo por la difícil convivencia y porque los padres de familia no cumplen con su responsabilidad de educar.
Algunos niños con TDAH presentan sobre todo problemas para mantener la atención, otros son primordialmente hiperactivos e impulsivos y otros tienen problemas en ambas áreas. En ocasiones sacan malas notas en la escuela y son lentos para desarrollar habilidades sociales.
AFECTACIONES EN EL DESARROLLO DEL NIÑO
Disminución del rendimiento académico y profesional.
Dificultades en el desarrollo social y emocional: amigos poco estables, relaciones poco duraderas.
Comportamientos conflictivos.
Síntomas depresivos debido a las carencias emocionales, laborales y educativas antes citadas y a la sensación de fracaso escolar o profesional.
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31/03/2010