El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es el término actual para definir un desorden del desarrollo que se presenta tanto en niños como en adultos, compuesto de dificultades para controlar la conducta, sostener la atención y resistirse a las distracciones (Barkley Rusell, 2005).
Es un síndrome neurobiológico que se le denomina Déficit de Atención, por ser éste proceso mental: La Atención, el que se ve afectado debido a una ausencia y/o falla en los neurotransmisores (Dopamina y Noradrenalina, principalmente), que son sustancias químicas responsables de facilitar la comunicación (sinapsis) entre las neuronas en el cerebro.
La Atención es la capacidad que tienen las personas para poder interactuar o relacionarse con el mundo y esta compuesta de: Sensación (siento el estímulo con los cinco sentidos: toco, veo, oigo, huelo, saboreo), Percepción (hago consciente la sensación, identifico las diferencias del estímulo: está frío, es verde, etc.), Atención (elijo el estímulo para concentrarme en él y llevar a cabo la acción pensada), Memoria (identifico qué estímulo es, para qué sirve, cómo se llama, dónde está, etc.), Cognición (analizo el estímulo, planeo la acción con respecto a él, evalúo, hago un juicio, diseño, analizo una propuesta, invento, construyo, represento), Actuación (realizo lo que pensé que iba a hacer, lo ejecuto) y Emoción (le imprimo sentimientos a lo que selecciono, percibo, atiendo, Memorizo, pienso y actúo). (Frade Laura, 2006)
De acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de la Asociación Psiquiátrica Americana en su versión número IV (DSM IV), el TDAH se caracteriza principalmente por: Inatención, Impulsividad e Hiperactividad, síntomas que afectan el desarrollo y la calidad de vida de las personas que lo padecen, particularmente, si no es detectado y manejado a tiempo.
La Inatención, es la incapacidad para mantener y sostener la concentración durante el tiempo suficiente que permita responder adecuadamente a ciertos estímulos, manifestándose en la dificultad para hacer las tareas o trabajos que se requieren, porque cambian de estímulo fácilmente, no terminan lo que hacen, interrumpen la tarea, no observan los detalles, no escuchan, tienen dificultad para organizarse, pierden sus cosas constantemente y se olvidan de hacer sus tareas. En suma, las personas no pueden poner atención a los trabajos que realizan y no se concentran en un sólo estímulo por mucho tiempo. Cuando los niños y niñas padecen este tipo de TDAH presentan un bajo rendimiento académico, o bien presentan ciertos problemas de aprendizaje.
La Hiperactividad, se caracteriza por el exceso de movimiento y de actividad sin control ni consciencia del mismo (el movimiento), particularmente en situaciones en las que socialmente no es adecuado o esperado, pero también en aquellas en las cuáles es permitido, como por ejemplo: mover las manos y pies, menearse constantemente de un lado a otro, tener dificultad para planear las actividades, hablar excesivamente, responder de manera motriz ante los estímulos que observan, sin concentrarse en uno sólo.
La Impulsividad, es la incapacidad para detenerse y reflexionar en las consecuencias de reaccionar "sin pensar" ante un estímulo, sea externo o interno. Se observa cuando la persona siempre contesta a preguntas y da sus respuestas antes de que éstas hayan sido concluidas, tiene dificultad para esperar su turno, siempre interrumpe o se mete en conversaciones o juegos de otros, y no controla lo que dice. lo que piensa, lo hace y lo dice sin reflexionar en las consecuencias que esto puede acarrear. Además, sigue sus impulsos al llevar a cabo acciones que a veces la/lo pueden poner en riesgo, como subirse al techo a jugar al súper héroe sin medir los resultados de su acción.
Dependiendo del síntoma que sobresalga, el TDAH puede ser: Predominantemente Inatento, Predominantemente Hiperactivo-Impulsivo o Mixto. Es más común en niños que en niñas, siendo la proporción de que por cada 3 a 5 hombres afecta a una mujer.
El TDAH no es ninguna moda ni invento ocurrente, tiene gran evidencia científica, con un fuerte componente hereditario (alrededor del 75% de los casos tienen antecedentes familiares). La prevalencia en México señala que el 6 por ciento de la población entre 5 y 16 años de edad lo padecen, esto es más de millón y medio de niños (SERSAME, 2005).
El TDAH es uno de los problemas de salud mental que con más frecuencia se presenta en la población, siendo los niños y adolescentes los que ven más afectada particularmente su autoestima y desempeño académico. Este trastorno no está relacionado con la inteligencia por lo que quién lo padece no significa que sea "tonto", más aún, existe evidencia de situaciones extraordinariamente creativas de las solo son ellos capaces.
El autor es vicepresidente de la Fundación Cultural Federico Hoth, A.C y director general del Proyectodah
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27/02/2010