El TDAH es un trastorno psiquiátrico que afecta en mayor medida a los niños, aunque también se producen casos en adolescentes y adultos. Este trastorno de déficit de atención puede ir ligado a hiperactividad, con lo que el cuadro del paciente aún se agrava más. Los datos indican que uno de cada tres niños suele tener problemas de conducta y de personalidad al llegar a la adolescencia, y en muchas ocasiones esas alteraciones obedecen al TDAH. Por este motivo es tan importante efectuar un diagnóstico precoz, para así poder reducir en la mitad los problemas psiquiátricos que la persona tendrá al llegar a la edad adulta.
Cómo Comienza el TDAH
El tipo de trastorno que presenta el TDAH comienza en la infancia y afecta de modo particular a los niños con una inquietud excesiva, dificultades de atención y de concentración, falta de control ante los impulsos... Estas alteraciones de comportamiento repercuten en las relaciones sociales, escolares, familiares y, ya en la edad adulta, hasta en las laborales, tal y como explica la doctora Mª Jesus Mardomingo, jefe del servicio de psiquiatría infantil del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y presidenta de honor de la Asociación Española de psiquiatría infanto-juvenil.
El Diagnóstico, ¿Resulta Sencillo?
El diagnóstico de TDAH se establece a día de hoy desde la clínica, aunque en realidad no existe una prueba médica que sea 100% eficaz y definitiva en detectar esta enfermedad. Las pruebas complementarias que se llevan a cabo, como los tests psicológicos, son de gran ayuda a la hora de valorar al paciente. Tal y como explica el doctor Josep Antoni Ramos Quiroga, coordinador del programa de TDAH (Trastorno por déficit de atención y hiperactividad) del Hospital Valle de Hebrón de Barcelona, la figura del pediatra cobra gran importancia a la hora de detectar el TDAH. En las evaluaciones anuales que realiza puede asociar los problemas de manejo de conducta o el fracaso escolar del pequeño con este tipo de trastorno psiquiátrico.
Parámetros Para un Buen Diagnóstico
En todos los casos de TDAH es fundamental que se realice un buen diagnóstico y que éste sea de carácter riguroso. Los tres parámetros que deben servir de guía a los especialistas son la inquietud del niño, su impulsividad y las dificultades de concentración que tenga. Si estos tres aspectos son tan intensos que repercuten en la vida diaria del pequeño, en la escuela, las relaciones con otros niños y en casa, seguramente estaremos ante un caso de TDAH.
El Peligro del Infradiagnóstico
A día de hoy se siguen produciendo infradiagnósticos en el TDAH. El lugar donde se reside puede incidir en este aspecto, ya que en zonas de tipo más rural hay menos diagnósticos de este trastorno de conducta. Por el contrario, existen corrientes que opinan que en las grandes ciudades se están efectuando sobrediagnósticos, y que se confunden momentos de inquietud propios de los niños con el TDAH. En ocasiones puede que se confundan las alteraciones propias de la enfermedad con la mala educación de los niños, que viene dada por la falta de atención en los modales que se les enseñan, la falta de comunicación entre padres e hijos, y el no saber marcar unos límites. En este aspecto aún hay que evolucionar hacia una unificación de criterios que erradiquen esta disparidad diagnóstica. Lo cierto es que todos los niños presentan alteraciones en su comportamiento y despistes. El problema viene dado cuando estos síntomas se convierten en disfuncionales y alteran por completo el curso evolutivo del chiquillo.
Los infradiagnósticos constituyen una fuente de riesgo para el paciente, ya que si el problema no se empieza a tratar de forma temprana, a medida que pase el tiempo las dificultades aumentarán. De hecho, existen estudios comparativos que demuestran que, a pesar de no ser una relación causal directa, los niños con TDAH que no son tratados tienen más probabilidades de caer en adicciones como el tabaco, el alcohol o las drogas que los niños que reciben tratamiento.
En España hay un claro caso de infradiagnóstico del TDAH. Así lo demuestran los datos que revelan que los fármacos para este tipo de trastorno de conducta son los más residuales, los menos prescritos de todas las psicofarmacologías, algo llamativo cuando estamos hablando de uno de los trastorno de conducta más frecuentes en la infancia. Más de un 6% de la población infanto-juvenil sufren TDAH.
El Niño con TDAH sufre
Existen muchas personas que creen que el TDAH no existe, que es un trastorno inventado por los médicos. Pues no solo existe, sino que además tiene una gran afectación en la vida emocional de la persona que lo sufre. Su conducta les lleva a padecer ansiedad e incluso depresión a raíz del rechazo social que sufren, porque se les castiga y se les recrimina su comportamiento constantemente.
Hay que tener en cuenta que el niño hiperactivo, al no saber escuchar, ni esperar, al ser impulsivo e imprevisible, incomoda mucho a los profesores y compañeros de clase. En casa molesta a los padres, incluso al resto de niños ya que su comportamiento no le permite seguir las reglas de los juegos que siguen los demás niños. Así pues, se unen un conjunto de factores que provocan angustias, ansiedad, y que hacen que los niños con TDAH se depriman. Las cifras revelan que un 30% de los niños con TDAH tiene ansiedad, mientras que un 15% llega a sufrir depresión.
En el caso de las personas adultas con TDAH, éstas se vuelven inseguras porque en el pasado siempre han tenido dificultades y no han conseguido alcanzar ninguno de los objetivos que les han marcado.
Por eso es tan importante acudir al médico cuando en casa, o los mismo profesores, detectan que algo en la conducta del menor está fallando. El profesional médico determinará si el problema es cuestión de educación o si es TDAH. No hay que olvidar que está en juego el proceso evolutivo del niño, y que en el futuro este trastorno, si no es tratado, puede originar problemas de mayor seriedad.
Afectación Escolar del Niño con TDAH
El niño maleducado es aquel que hace gamberradas en clase a propósito, con pleno deseo de llevarlas a cabo y siendo consciente en todo momento de lo que hace. Por tanto, es libre de hacerlas o no, tiene control sobre su conducta. Sin embargo, el niño con TDAH se muestra alterado sin pretenderlo, no tiene capacidad de controlarse y llama la atención por una conducta que por sí solo no puede evitar. Por eso muchas veces el motivo de consulta es el fracaso escolar, sacar malas notas e incluso tener que repetir curso. Sucede frecuentemente que los niños con TDAH ya han repetido un curso antes de llegar a los 11 años,algo que no viene dado por falta de inteligencia, sino por su enfermedad. Las dificultades de atención y de concentración no permiten que su memoria funcione de forma correcta. Los tratamientos con fármacos pueden ayudar a mantener un buen manejo en este aspecto, ya que hacen sentir al niño más equilibrado.
Repercusiones Familiares del TDAH
Como hemos comentado, los niños con TDAH tienden a padecer más problemas emocionales que el resto, y sufren de manera más acusada, por ejemplo, una separación de los padres. Lo que también hay que valorar es que muchas veces estas separaciones se producen precisamente por la enfermedad del hijo. Otros conflictos conyugales que podrían resolverse sin llegar al divorcio, se agravan con la patología de su hijo,que no hace más que alterar la vida familiar y provocar estrés a las personas con las que convive. Cuando se produce una separación,la situación de desconcierto que experimenta el niño es enorme, se siente perdido. Lo ideal es que los padres mantengan la mejor relación posible.
Tratamientos Para el TDAH
Tal y como afirma el doctor Ramos Quiroga, muchas personas son reticentes a dar fármacos a los niños pequeños. Si embargo, los tratamientos psicofarmacológicos para tratar el TDAH comienzan a darse en el año 37, con lo cual no es algo reciente y existen muchos años de historia que dan seguridad al tratar esta patología. El tiempo ha permitido ver los puntos positivos y negativos de estos medicamentos, a la vez que ha dado la certeza de que son seguros y eficaces. Así lo demuestran estudios internacionales.
Los fármacos que se recetan para el TDAH ayudan a normalizar el funcionamiento de unos circuitos cerebrales que no tienen el funcionamiento correcto en las personas con esta enfermedad. En España existen 2 moléculas registradas, pero los fármacos cambian en cada país. El doctor Mariano Trillo, psiquiatra infanto-juvenil especialista en este trastorno y director médico de Avanza, centro de psiquiatría, psicología y aprendizaje de Barcelona, añade que los tratamientos no pasan solo por la farmacología, sino también por las terapias psicológicas y de conducta que ayuden a controlar los impulsos, la inquietud, la falta de paciencia... Las cifras cuantifican en un 80% el número de pacientes que consiguen controlar su enfermedad gracias al uso de los medicamentos específicos para su situación. También es necesario asesorar a los padres en cuanto a la enfermedad que sufren sus hijos, así como la rigurosidad a la hora de cumplir el tratamiento, un tema que también recae bajo la responsabilidad de los padres.
Todos estos aspectos recién mencionados son importantes para los logros del paciente. El apoyo para el aprendizaje escolar y la colaboración con el colegio también son de gran necesidad para obtener un mayor éxito terapéutico.
TDAH, Una Enfermedad que Tiene Cura
La evolución natural del TDAH es dejar de mostrar síntomas con el paso de los años, algo que puede constituir la cura de la enfermedad. De todas maneras cada caso es diferente, ya que algunos pacientes pueden presentar una reversión de la enfermedad. Por eso es importante seguir el tratamiento farmacológico y mantener las pautas de conducta establecidas por el psiquiatra.
Investigaciones Entorno al TDAH
El TDAH no es una enfermedad rara ni minoritaria, y a nivel farmacológico se están llevando a cabo numerosas investigaciones. Las administraciones públicas aportan muchos ingresos para lograr encontrar técnicas específicas que mejoren los diagnósticos de TDAH. A nivel genético también se desarrollan diversas investigaciones con tal de conocer cuales son las vías de transmisión neuronal que están realmente alteradas por la enfermedad.
Perder el Miedo al Psiquiatra
Los padres de niños con TDAH y la sociedad en general deben ir comprendiendo que las enfermedades psiquiátricas de los niños son como el resto de enfermedades, por lo cual no existe motivo de preocupación o miedo por acudir al psiquiatra infantil. En realidad es como visitar cualquier otro médico de cualquier otra especialidad. Además, los psiquiatras que tratan a los niños con TDAH suelen empatizar con ellos desde el primer momento ya que entienden lo que están sufriendo, conectan con sus problemas y les sirven de gran ayuda. Una de las buenas noticias que atañe a la psiquiatría es que a partir de 2011, si se cumplen los plazos prometidos por la Ministra de Sanidad, se creará la especialidad de psiquiatría infantil como una rama más dentro de la medicina
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27/02/2010