Está inquieto. Es incapaz de permanecer sentado durante una clase y busca cualquier excusa para levantarse. Tampoco presta atención ni se concentra en sus tareas. Es impulsivo y desobedece las normas. Estos son sólo algunos de los síntomas que sufre uno de cada diez niños (tres por aula) del área de Vigo , y también de la comunidad gallega. Padecen TDAH, es decir, el denominado Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad, un síndrome que suele detectarse a partir de los seis años de edad, cuando los menores inician la escolarización primaria. Así lo afirma el presidente de la asociación viguesa Anhida, Ricardo García, padre de dos niños con este trastorno.
"La hiperactividad por sí sola no tiene por qué ser un problema, pero en la mayor parte de los casos está asociada algún tipo de trastorno, normalmente el del déficit de atención. Lo más importante es el diagnóstico precoz para comenzar a mitigar el síndrome cuanto antes con un tratamiento multidisciplinar", señala el portavoz del colectivo. Pese a que el TDAH es crónico, con terapias psicológicas tanto para los niños como para sus padres, ayuda de logopedas y pedagogos y, en algunos casos, también con medicación, los menores pueden minimizar el trastorno para llegar a ser autosuficiente.
"Pese a todo, el 40% de ellos llegan a la edad adulta con síntomas", señala la coordinadora de Anhida (Asociación de Niños con Hiperactividad y/o Déficit de Atención), Estela Portillo. Esta psicóloga explica que el tratamiento multimodal está dedicado tanto a los pequeños como a sus familias y corre a cargo de profesionales cualificados. "En cuanto a los medicamentos, muchos padres son reacios a administrárselos a sus hijos, sobre todo a los menores de 5 años", añade.
En el 90% de los casos este síndrome es hereditario, aunque factores como el estrés en el embarazo o el sufrimiento fetal (en el parto) contribuyen al desarrollo del trastorno. "Es un problema neurológico en el que falla la transmisión de información de una neurona a otra. Cuando les das órdenes, es como si no las escucharan, debes darlas de una en una para que las realicen. Sin duda, el caballo de batalla de estos niños es la escolarización", lamenta Ricardo García.
La falta de atención y concentración habitualmente desencadena dificultades en el aprendizaje (como dislexia o discalcunia) y un sentimiento de frustración al ser incapaces de retener información. Estos factores suelen conllevar problemas en las relaciones sociales, así como una baja autoestima en la etapa de la adolescencia. "Les cuesta hacer amigos. Estos niños son los más débiles y a menudo sufren discriminaciones por parte de sus compañeros", relata García.
Para informar a la población, y sobre todo al profesorado, acerca de este trastorno, el colectivo (con 140 socios) organiza el viernes y el sábado unas jornadas en el Museo Verbum, que se celebrarán a partir de las 16.15 horas el primer día, y a partir de las 10.30 horas el segundo (más información en www.anhida.org).
http://www.farodevigo.es
23/01/2010